Capítulo 5

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2 años antes...

—¡Basta! Es suficiente, deténganse ahora— la voz del entrenador Park Namwook siempre apareciendo en el mejor momento, justo cuando sometía a su adversario en los entrenamientos.

Quienes miraban la escena temblaron al ver lo fácil que era para él perder los estribos y la verdad es que disfrutaba de la atención.

Cosas como ofrecer la mano a su adversario en el entrenamiento, o disculparse por usar su fuerza excesivamente, eran algo que no haría, así que sólo se limpió la sangre que le había salpicado e hizo un par de movimientos para relajar el hombro que le molestaba con frecuencia.

—Ni siquiera lo golpee tan fuerte— Yosep lo miró sin decir nada y aun así pudo percibir que no compartía su opinión.

—Jaekyung ¡¿Qué demonios es esto?! —el entrenador Park le mostraba un encabezado de un periódico amarillista y ahí había una foto suya entrando en un bar de Itaewon a altas horas de la noche—. ¿Qué hacías ahí a las 2 de la madrugada? ¿Quiere decir que te apareciste aquí sin haber dormido lo suficiente? Creí haberte dicho que si no descansas lo necesario podrías lesionarte.

—He sido el campeón desde 2018, creo que he demostrado que soy un deportista completo.

—Aun así ¿Por qué visitaste ese lugar?

—Solo estaba conociendo el negocio ese, no podía dormir, eso es todo.

—Donde estés bebiendo...

—Sabes perfecto que no haría eso, no soy estúpido.

—Entrenador Park, este chico lo busca— Oh Daehyun quien siempre se encargaba de la limpieza, encaminó hacia a ellos a un joven delgado con cabello castaño que nunca había visto por ahí.

Jaekyung decidió mirarlo para intentar asimilar qué hacía alguien tan debilucho en un lugar como ese, parecía un tonto, pero estaba de buen ver.

—Buenas tardes, soy Lee Hyuk el fisioterapeuta. Hable por teléfono con usted.

—Que bueno que llegó—Namwook parecía haberse olvidado de la discusión y se acercó al chico para presentárselo—. Él es el doctor Lee, viene a darte una sesión de fisioterapia.

—No es necesario, estoy bien. Conozco la clase de movimientos que debo hacer para relajar el cuerpo luego de entrenar y también luego de las competencias.

—Si me permite— el médico tenía el atrevimiento de hablar—. Creo que es justo darme la oportunidad de mostrar mi trabajo, me han pagado por una sesión y he venido hasta aquí. No tomará mucho tiempo y le prometo que lo haré sentir bien.

Levantando una ceja y mirándolo con atención, no pudo más que quedar interesado en esa supuesta sesión que le ofrecería.

Había algo extraño en ese muchacho que se atrevió a desafiar su petición, le gustó que lo mirara con firmeza y reclamara su derecho de hacer su trabajo.

—Como sea— aceptó.

Entraron juntos a la habitación con las camillas y se sacó la camiseta dejando al descubierto su bien trabajado cuerpo, sonrió para sí mismo y se mordió el labio cuando descubrió al médico ese echándole el ojo. Ese pequeño sonrojo le pareció llamativo y se tumbó en la cama obedeciendo las indicaciones del fisioterapeuta.

—¿Así que Lee Huyuk? ¿Es tu nombre?

—Si señor— el chico empezó con un aceite que olía bien, lo guio a levantar los brazos, le tocó el pecho y las piernas.

En un momento sintió que podía cerrar los ojos y dejarse llevar por esos toques que le parecían agradables caricias. Las manos de ese desconocido parecían hacer magia sobre su piel y le encendían de tal forma que deseaba que estuvieran tocándole por más tiempo.

La persona equivocada (Jinx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora