Capítulo 4

1.6K 169 45
                                    

Llevaba horas dando vueltas en la cama, pasaba de estar recostado a pegar la oreja en la puerta para identificar cuando Jaekyung estuviera dormido, le resultaba demasiado intrigante que, de todas las habitaciones del pent-house, el supuesto despacho fuera la única zona prohibida y que además mantenía bajo llave.

Había tenido suerte cuando el deportista dejó un juego de llaves a la vista y pudo tomar una copia para entrar ahí, el problema ahora era ¿Cómo lo hacía si ese sujeto estaba en casa todo el día y durante la noche no tenía hora para dormir?

Él había caído en los brazos de Morfeo durante una semana entera en la que daban las tres de la mañana y no soportaba más, pero esa noche sería diferente, resistiría, podría hacerlo y cuidadosamente entraría a ese lugar para ver qué podía encontrar, seguro podría hacerse de buena información.

Cuando se dio cuenta que eran ya las cuatro de la mañana, tuvo que entrar en el baño y echarse agua fría en la cara para no ceder.

¡Suficiente! Estaba harto de esperar, seguro que ese idiota estaba dormido con el televisor encendido y él no hacía más que perder el tiempo, en situaciones así era asumir el riesgo o quedarse sin hacer nada como un completo imbécil.

Así caminó en dirección al supuesto despacho, estaba justo por meter la llave cuando escuchó que una puerta a lo lejos se abría, luego oyó el sonido de las muletas. Como le fue posible buscó un lugar dónde ocultarse y no encontró mejor opción que una de las macetas de decoración, miro a Jaekyung entrar en la cocina para beber agua y regresar a la habitación, para su mala suerte había dejado la puerta abierta.

¡Increíble! ¿Ahora cómo regresaba sin ser visto?

Respiró un par de veces y no tuvo mejor idea que empezar a hacer ruidos en la cocina fingiendo que se preparaba algo.

—¿Kim Dan?

—Soy yo.

—Ven aquí— luego de poner una mala expresión respiró hondo y fue hasta la habitación del deportista—. ¿Qué haces levantado a las 4 de la madrugada?

—Lo siento, tenía hambre y como vi que estaba despierto me atreví a salir de mi habitación.

—No te vi cruzar el pasillo, es extraño.

—Quizá pasé muy rápido, no sé— mal mentiroso, le decía su mente mientras sentía la forma en que era examinado con la mirada como si Jaekyung sospechara sobre lo que intentaba hacer al vivir con él—. ¿Y usted porque no descansa un poco? Mañana tiene una revisión y seguro se sentirá mejor si duerme.

—He pasado la mitad de mi vida sin dormir, así que estoy bien.

—Ya veo.

—¿Y qué ibas a preparar?

—Un Sándwich.

—Quiero uno también, así que date prisa y tráelo aquí.

Así fue como término en un incómodo momento compartiendo la comida con Joo Jaekyung cuando ni siquiera tenía apetito. De fondo se escuchaban los gemidos y golpeteos del porno que se reproducía en la televisión, a ese sujeto parecía no importarle las escenas descaradas y él, aunque intentaba apartar la mirada con insistencia, terminaba mirando una que otra cosa de vez en cuando.

Jaekyung parecía confiar en él, se metía la boca en la comida como si nada. Ok, lo estaba observando demasiado, sería muy obvio que se traía algo entre manos y ahora... pensándolo bien, no parecía ser alguien muy amistoso, nadie además del entrenador Namwook y otro sujeto parecido a Jesucristo lo visitaban, quizá no tenía amigos, quizá al igual que él, existían personas a quienes le resultaba muy insoportable.

La persona equivocada (Jinx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora