Todo empezó en Ibiza

23.Yaya.

Yaya, estoy acojonada. Completa y absolutamente acojonada. No sé qué ha pasado en esta habitación. Bueno sí, sí sé que ha pasado y no me arrepiento de nada pero la certeza de que Leo es el definitivo me ha pillado desprevenida. Estoy muerta de miedo y él creo que lo sabe. Me ha dicho que soy eterna aunque a mi me ha sonado muy fuerte a un "Te quiero" al que solo he podido responder con un beso. Seguramente estoy sacando conclusiones que nada tienen que ver y me estoy montando películas dignas de un Óscar, pero la manera en que lo ha dicho me ha calado muy hondo. Y yo ya no se qué hacer. 
Quiero estar con él porque me gusta la persona que soy cuando estoy a su lado. Me hace reír a carcajadas y hace que me sienta especial. Una tontería, lo sé, pero me hace sentir bien. Aunque muy muy adentro, me siento tan vulnerable sabiendo que tiene mi corazón en sus manos y que lo puede destruir si él así lo quiere. Tengo el presentimiento de que no lo hará, pero el hecho de que haya una ínfima posibilidad, ya me aterroriza.

Si estuvieras aquí, estoy segura de que primero me darías un "putazo" de los tuyos para que se me fueran las tonterías y después un consejo de esos que te cambian la vida y que solo la sabiduría de los años te ha podido dar. Si estuvieras aquí, se que me repetirías las frases que me decías de pequeña: que si tengo la seguridad de que me puedo dejar ir y él me sostendrá, ahí es; que si es fácil y no duele, ahí es; que si baila conmigo aunque no le guste bailar y lo haga porque es conmigo y nada mas, ahí es. Así que supongo que ahí es.
Te hecho tantísimo de menos, yaya, pero te sigo sintiendo dentro de mi, como si estuvieras a mi lado.
Tu sabiduría que te esmeraste en transmitirme durante tantos años, se me quedó grabada y me ayuda en estos momentos. Gracias de corazón, de verdad.

Un beso al cielo,
Tu niña.