New World Coming

3

En la mansión Black y Malfoy hay privacidad.
Desde personal pues el gran espacio incluso puede lograr que caras familiares se desconozcan en un mismo techo, y ni hablar de sucios y molestos "vecinos"

No hay nada de eso.
Solo silencio, dulce y calmo silencio.

Así que ver niños corriendo por las calles con mochila en la espalda, a Muggles adultos corriendo por la calle y personas paseando a sus animales. Es como mínimo... Curioso.

Una curiosidad que debí esconder al sentir la mirada asqueante de la sangre sucia por la mañana.

"Vamos a desayunar"- dijo haciéndome creer que saldríamos de este asfixiante lugar. Pero solo fuimos a su "cocina" a comer huevos y una buena porción de jamón.

Después de eso ella se perdió en lo que creo es su estudio.

Aunque lo dudo. No tiene el dinero y la clase como para entender la importancia de uno, debo recordar que quiere "lave" los trastes usados.
Eso es trabajo de un elfo, no de una gran maga como lo es la ahora Bellatrix Black.

El día de ayer creí que todos los días serían una tormenta tras otra.
Que debería de soportar a la lodosa y sus intentos de "rehabilitación" ¿Qué debe curar? Correcto, NADA. No es culpa mía que el ministerio olvide que los magos son magos y los Muggles son Muggles.

Es nuestro deber el castigar a aquellos que roben la magia de nuestras personas.
Debemos proteger a nuestras familias de parásitos como esos, pero son tan ciegos y estúpidos que no lo ven con claridad y será tarde para cuando lo noten.

Si no me hubieran capturado estaría reuniendo las fuerzas de mi señor. Preparándome para un último ataque de verdad a esos mentirosos y traidores de sangre.

Pero en lugar de llegar a la justa gloria, estoy encerrada en esta... Casa.

Al menos tengo esta cosa llamada "televisión" en donde las obras de teatro e historias no paran y dónde música extraña hace que intente mover los pies al son de la música.

Es mejor a nada.

-Debe ser broma- repito una vez más al igual que lo he hecho desde hace casi una hora.
Una obra de teatro educativa apareció en la televisión. En ella hablan de como los Muggles llegaron a la luna y volvieron de ella en una cosas raras gracias a la ayuda de un tal "Apolo"

Las brujas y magos del mundo han visto las estrellas y descubierto lo escrito en ellas desde hace siglos, Incluso un mago promedio podría leerlas con lo adecuado.

Pero ¿Ir y venir a la luna, salir del mundo?

Es la broma y ensoñación infantil más tonta que he escuchado.
Casi tan estúpido como que un niño venga a decirte que monto un dragón.

-... Pero un niño le dio lucha a mi señor... ¡Lodosa!- grito saliendo de la sala -¡Sangre sucia, responde mi pregunta!- exijo plantada en el inicio de las escaleras -¡Lodosa!-

El sonido de una puerta siendo azotada hace que sonría.
Una serie de pasos se escucha a toda velocidad acercándose hasta que la forma de la inmunda aparece delante de mí.

-¿Qué quieres Bellatrix? Estoy ocupada-

-Ocupada ignorándome ¿Así piensas "curarme"? Vaya trabajadora que eres-

-Bellatrix- brama con varita en mano.

-¿Qué? Solo digo lo que veo. Vayas manos en las que el ministerio cuenta-

-¿Solo eso quieres, molestar? Pareces una adolescente-

-Gracias, y no. Tengo una duda lodosa- suspira. Guarda su varita y se me queda viendo -La caja, la te-le-vi-si-ón. Dice que ustedes fueron y volvieron a la luna-

-¿Y eso qué?-

Con una sonrisa espero la verdad, el remate de esta absurda mentira.

-Oh...- responde con una pequeña risa -¿No sabías eso? Creí que Voldemort los tenía al tanto de los Muggles como mínimo-

-No te atrevas a hablar de usted a mi señor, maldita inmundicia. ¡No tienes el nivel y la capacidad!-

La burla en su rostro es clara, se ríe de mi gran señor está... Muggle.

Si tuviera mi varita estaría gritando en el piso pidiendo clemencia, rogando que la asesinará.

Eso sería una mejor melodía a las cosas Muggles que he visto y escuchado. Eso sería verdadera música para mis oídos.

-¿Y qué va a hacer tu señor?- pregunta ella a media risa -¿Vendrá a atacarme? Espera... No puede-

Salto hacia ella, mis manos apuntando a su cuello.
Pero un Depulso me aleja y hace choque de espalda con un mueble.

-¿¡Cómo te atreves!?- grito tratando de levantarme, pero el golpe del hechizo y del mueble hace que está tarea parezca lejana -¡Soy una Black, soy una Lestrange, soy la mejor soldado del señor tenebroso!-

-¿Eres una Black?- duda sin dejar de apuntarme -¿Una Lestrange, el perro de guerra de Voldemort? No, mejor dicho. Eres la perra de Tom Riddle-

-¡No te atrevas a decir su nombre! Una boca tan asquerosa como la tuya no tiene el derecho-

-¡Abre los ojos! No eres nada, no eres nadie. Tu nombre está manchado y puedo asegurar que el ministerio está esperando repartir tu bóveda, los Lestrange no existen más. Cómo tu estúpida casa y tus títulos dejaron de existir en el momento en el que tú "señor" cayó muerto ante la vista de todos- da una carcajada. Molesta, divertida. Con burla -Solo eres una rata en una clase de transformaciones-

-No, yo soy-

-No eres nadie. Bellatrix, y mientras más rápido lo entiendas mejor-

-No, no. Yo...-

-Te lo dije ayer, y te lo diré hasta que me cansé. Nadie te busca, nadie te necesita. Solo eres y serás un punto borroso en la historia del mundo mágico. Un punto que debo soportar hasta que tenga paciencia-

Da media vuelta, comienza a subir las escaleras y se detiene dejando ver solo sus pies.

-¡Y los Muggles llegamos a la luna!-

Sube rápido, azota la puerta.
Y me deja tirada en el piso de madera.

Mi respiración es agitada, la mano en dónde llevaba la marca oscura tiembla.
Miro con desespero esperando que está regrese y recobre vida. Pero solo hay una marca roja en dónde alguna vez estuvo está.

Cierro los ojos tratando de tranquilizarme. Sé que si voy donde la lodosa las cosas acabarán mal para alguna de las dos, me levanto. Camino de regreso a la sala y me siento en el sillón mirando una vez más la obra educativa.

-... Soy una Black- susurro abrazando mis piernas como alguna vez hice tratando de generar calor en Azkaban -Soy una Black-