Cap. 6

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Gojo caminaba como podía por el parque oscuro, no sabe dónde está. Hace dos cuadras que los guardias de la mansión de su abuelo no lo seguían, pero ahora estaba perdido. Sus pies estaban descalzos, podía sentir las llagas y ulceraciones en los dedos, sus rodillas estaban a punto de ceder y su estómago pedía a gritos por comida.

Estaba sudando pero se moría de frío, la vista se le nublaba por intervalos y se mareaba con cada paso que daba.

Uno de sus hombros estaba sangrando, había chocado con algo en el camino o podría ser que su abuelo hubiera dado la señal de que le lastimaran para que dejara de intentar huir.

¿Dónde estoy?

Era casi invierno, finales de noviembre, la nieve no tardará en caer y él estaba en medio de un parque semi oscuro con solo una pijama de seda y con pies descalzos.

No podía regresar a casa, no podía. Si regresaba lo internaron en alguna institución mental, su abuelo se lo había jurado. Aun podía escuchar la voz de quien se hacía llamar su abuelo gritando la noche en que lo atraparon:

— ¿Qué crees que estás haciendo? ¡Eres el heredero de GJ! —el CEO estaba gritando tan lleno de cólera.

Su nieta estaba sentada en la silla frente a su escritorio, amarrado, lo acababan de encontrar y estaba medio golpeado.

— No eres un simple ser humano cualquiera, tienes un deber y responsabilidades conmigo, la empresa y los accionistas. —golpeo el escritorio y las cosas encima flotaron por un instante— ¡No puedes equivocarte! ¡No tienes ese privilegio Satoru!

Se quedó callado unos segundos, se esperó varios instantes lo único que se escuchaba era su respiración entrecortada las costillas le dolían y creía que su nariz estaba rota, así que no podía hacer mucho, solo escuchar a la persona frente a él.

— Creí que lo habías entendido la última vez, que tus pequeñas rabietas solo eran eso, pequeñas y que pronto dejarás a todo lo que no necesitas atrás ¿Pero que gano? —miró furiosamente al chico en la silla— Solo tú huyendo a un barrio de bajo estatus y trabajando en un estudio de tatuajes, y tiñendo el honor de la familia Gojo el cabello blanco con un tinte de baja calidad del mercado. ¿Qué demonios crees que haces? ¿Cuánto crees que he invertido en buscarte?

El silencio volvió a reinar por unos segundo, ahora el que intentaba recuperar un poco la compostura era su abuelo, Gojo sabía que era una persona mayor pero no podía dar su brazo a torcer, era su vida no la de él.

— Si vuelves a intentar a huir, serás internado prefiero que digan que tanto presión te volvió loco a que te vean por la calle con algún cualquiera ¿Me escuchaste Satoru?

Un peso invisible se instaló en los hombros de Gojo, la única persona que podía decir que era su familia era capaz de internarlo en lugar de verlo feliz ¿En que clase de mundo estaba viviendo?

Lo que recuerda es ser atendido para que curaran sus heridas. Luego fue lanzado a su habitación, colocaron un guardia fuera de su habitación y no podía poner un solo pie fuera.

Era un prisionero en su propia casa.

Actualmente siguió corriendo, sabía que no podía llegar hasta donde vivía, no está claro que no. sería encontrado y llevado a con su abuelo de nueva cuenta. Ahora tenía que huir a algún otro lugar, no sabia donde y tampoco tenía la opción de contactar con Mei Mei, no cargaba con ningún aparato electrónico.

Ir a la policía no era una opción, para su abuelo comprarlos y ser entregados en su poder era la cosa más fácil del mundo.

¿Realmente no tenía a donde ir?

Como salir del registro familiar ↠SugusatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora