A medida que la pesadilla se intensificaba, los amigos se miraron unos a otros, buscando una salida. Mia temblaba, pero con determinación en sus ojos, se acercó a la mesa y tomó una de las cartas.
—¡Debemos romper la maldición! —exclamó, su voz firme a pesar del miedo que sentía.
Los demás la siguieron, agarrando las cartas y enfrentando sus peores miedos con valentía. Emma, con su imaginación desbordante, empezó a crear un mundo de sueños dentro del caos. Jake, el escéptico, comenzó a cuestionar la realidad de la maldición.
Con esfuerzo conjunto, comenzaron a desentrañar la telaraña de pesadillas y distorsiones. Daniel, con su mente analítica, encontró patrones en el caos y los compartió con los demás. Lucas, el oyente empático, proporcionó apoyo emocional a medida que cada uno enfrentaba sus demonios internos.
Poco a poco, las cartas empezaron a estabilizarse y los colores volvieron a brillar con intensidad. Los monstruos se desvanecieron y las sombras se retiraron, dejando paso a la luz.
Con un gesto, las cartas se transformaron una última vez, revelando diseños más intrincados y colores más vibrantes que nunca.
Los amigos cerraron los ojos una última vez y, al abrirlos, se encontraron de vuelta en la vieja tienda de antigüedades, la caja de madera tallada ahora vacía en la mesa.
Se miraron el uno al otro, agotados y atónitos.
Dejaron la tienda.
Mientras salían de la tienda, los amigos se detuvieron al sentir una presencia extraña. Una mariposa de colores brillantes revoloteaba frente a ellos. Sus alas parecían vibrar con una energía inusual.
—¿Alguien más ve esto? —preguntó Lucas, asombrado.
—Sí, pero supongo que solo es una mariposa común y corriente —dijo Zoe, observando la mariposa con intensidad.
La mariposa revoloteó hacia cada uno de ellos, posándose brevemente en sus manos. Podían sentir una extraña conexión, como si la mariposa llevara un mensaje importante.
Entonces, de repente, un sonido resonó en el aire. Un tic-tac rítmico, fuerte y constante.
El tic-tac de un reloj antiguo resonaba en sus mentes, creciendo en intensidad con cada latido. Se sentía como si el sonido se estuviera entrelazando con sus propios pensamientos, distorsionando la realidad a su alrededor.
Los amigos intercambiaron miradas preocupadas, sintiendo una creciente sensación de inquietud. La mariposa, ahora más brillante que nunca, revoloteaba frenéticamente, como si estuviera tratando desesperadamente de comunicar algo.
—Esto no puede ser bueno —murmuró Daniel
—Tenemos que hacer algo —dijo Olivia, su voz cargada de determinación.
Guiados por la mariposa y el insistente tic-tac, los amigos se apresuraron hacia el reloj de ébano. Cada paso que daban parecía estar en sincronía con el latir del reloj.
A medida que se acercaban, la distorsión a su alrededor se intensificaba. Las calles parecían retorcerse y las luces destellaban de manera caótica.
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El juego de los sueños
FantastikUn grupo de amigos descubre un juego de mesa mágico que les permite entrar en sus sueños. A medida que se adentran en el juego, comienzan a experimentar pesadillas y a descubrir secretos ocultos de sus mentes subconscientes.