5.

2 0 0
                                    

Milagros se dió cuenta de todo, la reacción de su hermano con Luz y también la de Martín, los tres se habían conocido en el clásico, ¿Podría ser Luz la chica de la que hablaba su hermano? Imposible, aunque existía una pequeña posibilidad de que fuera cierto, ellos se conocían y no había comenzado con el pie derecho.

Milagros

—¿Qué ocurrió con Luz?— le pregunté a mi hermano, mientras él estaba con su celular.

—Nada, ya la conocía...— respondió vagamente.

—¿Por qué no dijiste nada cuando vino a casa?—. Estaba intrigada, era súper extraño que Luz no recordara a mi hermano, no es por nada pero sé que él es apuesto, hay buenos genes y él se los llevó todos.

—No quería que ella se sintiera incómoda— dijo encogiéndose de hombros. Le creí, él podía llegar a ser un dolor en el trasero pero si se lo proponía también era alguien gentil, que lejos de lo que proyecta era considerado con los demás.

—¿Incómoda?— cuestioné. —¿Por qué?— añadí. Él quería decirme algo pero a la vez sabía que sus palabras podían llevar a una lista sin fin de preguntas, yo quería saber qué había pasado entre ellos y porqué tanta tensión.

—Ella estuvo en el último partido , el tema es que yo le parecí algo engreído cuando hablé con Gonzalo—suspiró. —Ella estaba en el palco con Martín, Maxi y Matias, y digamos que ellos tampoco fueron muy amistosos con ella —. Me miró y sus ojos lucían cansados. —Fue un cúmulo de cosas, pero aún así creo que mi mayor error fue reírme de Gonzalo en su cara— se encogió de hombros.

Si, definitivamente eso fue lo que más le molestó a Luz, Gonzalo era mucho más que un amigo para ella, me animaría a decir que el término hermano se acercaba aún más. Entre ellos existía una conexión única, algo que sólo puedes tener con un hermano, ellos sin serlo lo tenían.

Luz es la mayor fan de él, no solo comparten su amor por el equipo y tener hermanas de la misma edad y que son mejores amigas, sus familiares se conocen desde que eran jóvenes, Gonzalo ha estado en los momentos más felices de su vida, pero también en los que no hay tantas sonrisas sino que se nublan de dolor. Se han criado juntos, lo sé porque ella me ha contado de Gonzalo, digamos que ama el fútbol tanto como la docencia.

—Nunca debiste hacer eso—. Comenté luego de unos minutos.

—Lo sé, pero es que en serio me molesta la forma en que lo defiende—. Dijo exasperado. —Ella no piensa en sí él estuvo mal o no, simplemente está de su lado— añadió.

Aunque mi hermano estaba enojado por la actitud de Luz, era obvio que ella iba a actuar así, yo también hinchaba por mi hermano incluso si tenía que pelearme con medio mundo, y odiaba que dijeran cosas de él.

—Eso es obvio, pero no tienes porqué ponerte mal— Le resté importancia.

—¡Cómo que no tengo porqué estar mal!— levantó sus brazos, dándole intensidad a sus palabras. —Él ni siquiera juega tan bien—. Rodó sus ojos.

—¿Por qué te importa tanto?—. Cuestioné. —Cuando Peñarol juega siempre hay personas que están conformes con tu rendimiento y otros días que no, eso pasa, es parte de ser deportista— intenté explicarle. —No puedes enojarte con medio país porque no te apoyan—. negué.

—Querida hermana, ¿Medio país? Somos tres millones y medio de habitantes, de los cuales más del cincuenta por ciento es de ese quipo —. me reí al escuchar su explicación.

—¿Y eso qué?— pregunté. —Lucía solo es hincha de otro equipo, y no podes estar enojado por eso, ella pertenece al otro porcentaje de la población—. respondí con su misma lógica.

¿Rivales?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora