13.

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Cómo atleta las lesiones tienden a ser más fáciles de curar porque de cierta forma estamos acostumbrados a las lesiones, es algo normal.

—¿Todo bien?—. Me preguntó el fisio.

—Cuando extiendo la pierna, tira un poco, no mucho pero lo hace—. Respondí. Estos días estaba trabajando aparte con el fisioterapeuta, para así poder prepararme para un nuevo partido, extrañaba la cancha, supongo que eso es lo que más disfruto.

—¿Tomaste la medicina?— Preguntó y asentí. —El DT quiere hablar con vos—. asentí nuevamente.

Él DT era un profesional de renombre, lo que él decía era palabra santa, él siempre nos aconsejaba y no solo en el ámbito deportivo, sino que también en la vida. Como jugadores tenemos que cuidar ciertos aspectos de nuestra vida personal, y ahí siempre estaba él. Siempre digo que él es mi segundo padre porque actúa como uno, y cuando me tiene que llamar la atención lo hace sin chistar.

—¿Cómo te estás preparando?—. Preguntó mientras me sentaba a su lado, mis compañeros estaban jugando un partido de entrenamiento.

—Bien, necesitaba estos días de descanso—. Lo miré y él enarcó sus cejas. —Aunque también me gusta jugar, es mi trabajo—. Añadí.

—Sos importante en el equipo, estamos esperándote con ansias—. Comentó y asentí. —Me comentaron que estás saliendo con alguien—. dijo despreocupado, esperando que yo continuara.

—No, no estoy saliendo con Luz—. Volteé los ojos.

—Entonces si hay alguien en tu vida que ocupa ese lugar, o bueno esta en proceso— rió.

—Digamos que es difícil...— susurré.

—¿Por qué?— preguntó.

—Es amiga de mi hermana y trabajan juntas—él me miró como si estuviera diciendo algo imposible. —Es fanática del rojiblanco—. Añadí y él abrió sus ojos, no es por nada, pero ser futbolista es a veces tener que compartir tus logros con tu pareja y amigos, y generalmente comparten las mismas pasiones. —Eso no es todo—. él me miró. —Tiene novio y él juega en nacional, además se conocen de toda la vida—. Susurré.

No sé como describir la forma en la que me estaba mirando el DT, tal vez desconcertado era lo que su rostro reflejaba.

—¿Tiene novio?— rodé los ojos, de todo lo que le había dicho, él se había quedado con eso.

—Si, tiene novio y juega en el equipo que te dije —. Respondí.

—¿Fanática de ellos? ¿Todo bien por casa?— preguntó riendo. Entendía su humor, y no podía enojarme por ello.

—No ayuda tu comentario—. dije serio, aunque también aguantando la risa.

—Podés ser su amigo, tal vez no te ayude, pero nunca viene mal rodearnos de amigos, y aunque sea hincha del rival, todos somos seres humanos y podemos equivocarnos— rió. —Quiero que te cuides, y ver si podés estar la próxima semana, te necesitamos corriendo por las bandas, sos nuestro rayito que se corre todo—. sonreí.

—Si, señor—. Respondí, él se dió vuelta y fue con mis compañeros. Me quedé sentado unos minutos, no tenía nada que hacer. Agarré mi celular y busqué su contacto "¿Estás libre en la tarde?" tecleé, su respuesta no tardó en llegar "Estoy, pero tengo que hacer algunas cosas para el cole, ¿Me ayudas?" Me reí y respondí "Te ayudo".

—Me voy—. Avisé en cuanto terminé de escribir el mensaje, mañana debía volver para continuar entrenando.

Quería verla, saber cómo había estado estos días, a veces siento que es difícil poder conectar con ella, sé que tiene mucho trabajo y además sus temas, y por si fuera poco tampoco olvido la existencia de Gonzalo.

¿Rivales?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora