Pasión peligrosa

Capítulo 2: Reunión en Bangkok

Becky, una médica de renombre, provenía de una familia adinerada en Inglaterra. Su vida estaba marcada por la pérdida de su esposa, quien había fallecido hace 2 años a causa de una enfermedad devastadora. La tristeza y la soledad la habían envuelto desde entonces, y se encontraba en una encrucijada. Fue entonces cuando recibió una invitación que cambiaría su rumbo.

La invitación provenía de su familia extendida, parientes que rara vez veía y cuyos lazos familiares habían quedado un tanto desvanecidos con el tiempo. Pero esta reunión era diferente. Su familia había organizado un encuentro en Bangkok, la ciudad que albergaba historias compartidas y secretos familiares que habían permanecido ocultos durante años.

En medio de su dolor, Becky vio esta invitación como una oportunidad para volver a conectar con sus raíces familiares y encontrar consuelo en la compañía de parientes que, aunque distantes, compartían el mismo linaje. Además, el exótico escenario de Bangkok prometía ser un lugar de renacimiento y sanación para ella.

Mientras se preparaba para el viaje, recordó las palabras de su esposa, quien siempre había instado a Becky a mantener sus lazos familiares intactos. La promesa de un reencuentro con su familia le brindaba un atisbo de esperanza en medio de la oscuridad de su duelo.

El avión aterrizó en Bangkok, y Becky se encaminó hacia la salida del aeropuerto. La mezcla de emoción y ansiedad se apoderaba de ella mientras avanzaba por las calles de una ciudad desconocida, pero con un destino que prometía cambiar su vida.

Bangkok era un remolino de colores y sonidos, y Becky estaba decidida a sumergirse en esta experiencia única, solo llevaba una pequeña mochila que contenía lo esencial así que antes de ir al hotel decidió aventurarse por las calles de la ciudad, dispuesta a llenar su vida de momentos memorables y, quién sabe, tal vez algunas compras extravagantes.

El mercado callejero estaba repleto de tiendas y puestos, todos competían por la atención de los transeúntes con una mezcla de productos que iba desde artesanías hasta ropa de diseño dudoso. Becky se sintió como una exploradora en una tierra desconocida, con el espíritu de la aventura chispeando en sus ojos.

Su primera parada fue en una tienda de souvenirs, donde un vendedor sonriente le ofreció una camiseta con un estampado que parecía una mezcla entre un elefante y un tigre. Becky se rió y le agradeció, pero optó por un suvenir menos extravagante: una pequeña escultura de un Buda dorado.

Dejando la tienda atrás, el aroma tentador de la comida callejera llamó su atención. Los puestos de comida estaban repletos de platos exóticos que hacían agua la boca. Becky decidió probar algo auténtico y picante. Se acercó a un puesto donde un chef local preparaba platos de pad thai al aire libre.

"¡Hola, bella dama! ¿Te gustaría probar el auténtico pad thai? ¡El mejor de todo Bangkok!", exclamó el chef con una sonrisa amplia y una destreza increíble al manejar las sartenes ardientes, cabe destacar que Becky entendía las conversaciones en tailandés a su alrededor gracias a su habilidad lingüística.

Becky asintió con entusiasmo y tomó asiento en uno de los taburetes de plástico dispuestos alrededor del puesto. Observó con atención mientras el chef arrojaba ingredientes con habilidad, mezclando los fideos con camarones y una mezcla de salsas que hacía que su estómago gruñera de anticipación.

El primer bocado fue una explosión de sabores: el picante del chile, la suavidad de los fideos y la dulzura de los camarones se combinaban de manera perfecta en su boca. Becky se relamió los labios y sonrió al chef, quien asintió con aprobación.

Mientras disfrutaba de su comida, no pudo evitar notar las tiendas de ropa que la rodeaban. Los vendedores la animaban a examinar sus mercancías y regatear. Becky se aventuró a entrar en una tienda que parecía una mezcla de tienda de ropa vintage y bazar de disfraces. La variedad de prendas coloridas y excéntricas era asombrosa.

Un vendedor la abordó con una chaqueta de lentejuelas brillantes que deslumbraban como un fuego artificial. "¡Esta chaqueta es perfecta para una noche en Bangkok! Mira cómo brilla, es como llevar un espectáculo de luces contigo", dijo el vendedor con entusiasmo.

Becky se rió y decidió probársela solo por diversión. Cuando se miró en el espejo, la chaqueta brillante y extravagante la hizo reír aún más. Aunque era tentadora, finalmente decidió que no era el atuendo adecuado para su reunión familiar.

Becky caminaba por las bulliciosas calles de Bangkok, con su estómago lleno de deliciosa comida callejera y una bolsa de ropa exótica en una mano. Se sentía como si hubiera vivido un día entero en unas pocas horas. El sabor picante del pad thai todavía perduraba en su paladar, y las risas de los vendedores de ropa resonaban en su mente.

Las conversaciones con los vendedores habían sido como una obra de teatro cómica. Uno de ellos había intentado venderle unos pantalones extravagantes que afirmaba que eran "los preferidos de los elefantes tailandeses". Becky se había reído tanto que no pudo evitar comprarlos como recuerdo.

Mientras avanzaba por las concurridas calles, las luces de neón comenzaban a destellar en la oscuridad, creando un paisaje casi surrealista. La ciudad nunca parecía dormir, y Becky se preguntaba si alguna vez podría conciliar el sueño en medio de tanto bullicio.

Su pequeña mochila estaba ahora más pesada, no solo con ropa nueva, sino también con pequeños tesoros de su aventura, como una escultura de Buda y otras cosas. Parecía que Bangkok la había atrapado en una espiral de compras y emociones.

A medida que se acercaba al hotel, Becky no podía evitar sentir una mezcla de emoción y agotamiento. La ciudad era un torbellino de experiencias, y aunque estaba emocionada por su inmersión en la cultura tailandesa, ansiaba la comodidad y la tranquilidad de su lujosa habitación de hotel.

El avance hacia el hotel se sintió como un paseo de regreso a la realidad después de un día lleno de comida callejera deliciosa. Becky no podía evitar sonreír ante la locura de Bangkok, pero también anhelaba la calma y la comodidad que el hotel le ofrecería.

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Espero les esté gustando como avanza la historia.. 💖