Capítulo 4: El Secreto

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Tres días habían transcurrido desde la noche en que Becky había cuidado de Freen durante su fiebre. Tres días de constante preocupación mientras la mujer permanecía inconsciente en la habitación del hotel. La situación se volvía cada vez más angustiante.

Becky sabía que debía actuar con rapidez. A pesar de la mejora en el estado de la chica misteriosa, necesitaba suministros médicos adicionales. Con una pequeña mochila en mano, se dirigió a la farmacia más cercana, decidida a mantener su secreto.

Mientras caminaba por las bulliciosas calles de Bangkok, Becky sentía la tensión en el aire. Sus pensamientos eran una mezcla de preocupación por la chica misteriosa y la necesidad de mantener en secreto sus acciones. La farmacia era su destino, pero era un viaje que estaba dispuesta a emprender sola.

Antes de ir a la farmacia, Becky decidió visitar a su tía.
Becky llegó a la casa de su tía en las afueras de Bangkok. La atmósfera en la residencia era serena, un contraste palpable con la tensión que vivía en la ciudad. Su tía la recibió con un abrazo cálido y una sonrisa.

"Tía, estoy feliz de verte", dijo Becky con sinceridad mientras se sentaban en la sala de estar. "Decidí tomar un poco de tiempo para mí misma mientras estoy aquí en Bangkok. Planeo dar paseos por la ciudad, explorar el mercado y visitar lugares hermosos".

La tía de Becky asintió, sus ojos reflejaban preocupación. "Es importante que aproveches tu tiempo aquí, querida. Pero recuerda siempre cuidarte y mantenerte a salvo. Esta ciudad puede ser caótica y a veces peligrosa".

(Y pensar que Becky ya se metió en una bronca cuidado a una chica misteriosa jejeje)

Becky asintió en respuesta. "Sé que debemos tener cuidado, tía. Estoy tomando precauciones y asegurándome de que todo esté bien".

La tía de Becky le tomó la mano con cariño. "Recuerda, también que tenemos la reunión familiar el próximo fin de semana. Es importante que estés presente. "Toda la familia estaremos presentes".Becky asintió, ocultando sus preocupaciones detrás de una sonrisa. "Por supuesto, tía. No me perdería la reunión familiar por nada en el mundo. Aqui estaré".

La visita a su tía había sido reconfortante, pero Becky sabía que debía regresar al hotel para cuidar a la chica. Se levantó de su asiento y abrazó a su tía con cariño. "Gracias por recibirme, tía. Ha sido un placer verte".

La tía de Becky le devolvió el abrazo y le dio un beso en la mejilla. "Siempre eres bienvenida aquí, querida. Cuídate mucho mientras estés en Bangkok y asegúrate de volver pronto".

Becky sonrió y asintió. "Lo haré, tía. Nos vemos pronto". Con un último vistazo hacia su tía, Becky se dirigió hacia la puerta.

El sol brillaba en el exterior mientras Becky caminaba por las tranquilas calles. Sin embargo, su mente estaba ocupada por la preocupación por Freen y la tarea que tenía por delante. La farmacia estaba a solo unas cuadras de distancia, y sabía que no podía perder más tiempo.

Mientras se encaminaba hacia la farmacia, Becky se preparó mentalmente para enfrentar la incertidumbre que le esperaban. Sabía que estaba dispuesta a hacer todo lo necesario para mantener el secreto y cuidar de Freen, sin importar los riesgos involucrados.

En la farmacia, Becky compró medicamentos, suero y otros suministros esenciales. La farmacéutica le entregó los productos con una sonrisa amable, sin hacer preguntas. Becky pagó y regresó al hotel rápidamente.

De vuelta en la habitación, Becky retomó su papel de cuidadora devota. Mientras administraba los medicamentos y el suero a aquella joven, la ansiedad seguía acechándola. Sabía que se estaba arriesgando demasiado, y las consecuencias podrían ser mortales.

Miró a la chica, que todavía estaba inconsciente pero mostraba signos de mejora. La noche había llegado nuevamente, y Becky se preparó para otro turno de vigilia. Esta ayuda que había asumido para salvar a aquella mujer herida la había sumergido en un mundo peligroso y desconocido, y las incógnitas se amontonaban.

Dos días más habían pasado desde que Becky había cuidado de Freen. La habitación del hotel estaba sumida en un silencio inusual cuando Freen finalmente abrió los ojos. La confusión inicial invadió sus pensamientos mientras miraba a su alrededor, tratando de comprender su entorno.

La mujer se alteró al principio, sintiendo la cama bajo su cuerpo y recordando el dolor punzante en su pierna. Instintivamente, miró hacia su pierna y se sorprendió al verla vendada y cuidada. La confusión aumentó mientras su mente intentaba encajar las piezas del rompecabezas.

En ese momento, Becky despertó y se volvió hacia la chica con una expresión tranquila pero alerta. Freen, aún desconcertada y con voz débil, preguntó: "¿Quién eres tú? ¿Qué estás haciendo aquí? "Becky, se asusto por un momento, Freen, notando su mirada de miedo en los ojos de Becky, se apresuró a decir: "Me llamo Freen".Becky sonrió con calidez. "Yo soy Becky", respondió. -Estoy un poco confundida, y con un gesto de agradecimiento, extendió su mano hacia Becky y le dijo con sinceridad: "Mucho gusto, Becky. Gracias por todo lo que has hecho por mí. ¿Cómo puedo pagarte lo que has hecho por mi?"

Becky, con una sonrisa cálida, respondió: "No te preocupes, Freen. Ayudar a las personas que lo necesitan es mi vocación, y lo hago con gusto".

Sus ojos reflejaban la verdadera dedicación que sentía hacia su profesión. Freen asintió, agradecida por las palabras de Becky. "Gracias por todo".

Becky notó la necesidad de Freen y preguntó con preocupación: "¿Tienes hambre, Freen?

"Freen asintió nuevamente. "Sí, un poco".

Becky se puso y dijo. "Voy a pedir servicio de comida a la suite. Necesitas recuperar tus fuerzas". Rápidamente, se dirigió hacia el teléfono y solicitó una comida.

Pasión peligrosa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora