Entrenando con Satoru Gojo

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El espacio de entrenamiento de la escuela de hechicería donde Satoru llevó a la pequeña Fushiguro a entrenar a escondidas, no podía ser el mejor y al mismo tiempo el peor lugar para meter a una niña salvaje.

Ahora mismo, Satoru se estaba arrepintiendo de sus decisiones.

Pues en ese mismo momento, el famoso hechicero con sus icónicos ojos tapados, se encontraba en una situación que jamás pensó enfrentar: no, no era una batalla contra una maldición, sino frente a una niña de seis años con una melena revuelta y un espíritu indomable.

Himari Fushiguro se encontraba en medio del dojo, con una postura desafiante, Gojo, sosteniendo un cepillo en la mano, se preparó para la tarea más difícil de su vida: peinar a Himari.

—Aleje eso de mi—advierte la pequeña Fushiguro mientras estaba en posición de pelea y Satoru Gojo estaba frente a ella, con un cepillo en su mano derecha y un atomizador en la izquierda—Si cree que voy a dejarlo acercarse con ese cepillo, se equivoca—Gojo suspira

—Himari, solo es un cepillo y tu cabello necesita domarse—la niña se rio

—Eres el hechicero más fuerte y me tienes miedo

—No te tengo miedo—exclama Gojo intentando acercarse lentamente, como quien intenta acariciar un gato salvaje.

Porque esa niña, si que era un animal salvaje, si él no hubiera llegado para salvarlos, ahora mismo estaría en una perrera.

La persecución comenzó, Himari saltaba de un lado a otro, esquivando a Satoru con gracia, a pesar de su pequeña estatura, se movía con gran agilidad, dejando a Satoru con un gran asombro y algo de frustración por no poder atrapar a una maldita mocosa pulgosa.

—Es más lento que una tortuga—se burla con una risa traviesa

—Eso lo veremos—replica Gojo usando su técnica maldita y atrayéndola a él, atrapándola justo a tiempo y colocándole una pechera con correa, Himari resopló inflando las mejillas

—¡Tramposo! —Gojo sonríe a manera de disculpa y le ofrece unas galletas

—¿Me permites ahora? —pregunta juguetonamente y la pequeña asiente, aún con aire de desafío mientras aceptaba las galletas, Gojo, con cepillo en mano, empezó a desenredar su cabello con mucha delicadeza para no estirarle de más.

Nunca creyó que estaría haciendo eso con una niña de seis años que ni siquiera era su hija, pero, las cosas que hace por sus estudiantes jamás tendrían un límite, esa niña iba a ser su primera estudiante oficial, él sería su maestro y quería dar lo mejor de sí.

Luego de varios intentos fallidos al hacer una coleta de caballo y de que Himari se riera de sus pobres habilidades como estilista, Gojo logró terminar, aunque el resultado fue un poco desordenado.

—Listo—exclama triunfalmente mientras se pone de pie y Himari lo imita—ahora sí, vamos a entrenar

—Si—responde la pequeña con una gran sonrisa en el rostro—¿Qué haremos primero? ¿Puede ver con esa venda puesta? No la llevaba ayer—murmura extrañada por ese hecho y Satoru se quita la venda para mayor comodidad de la pequeña

—Bueno, ahora, empezaremos con teoría—dice alzando un dedo de manera filosófica mientras trae un pizarrón de quien sabe dónde, pero la niña infla los cachetes y se cruza de brazos

—Yo quiero aprender a hacer lo que usted hace, eso de fium y flush—alza su mano como él lo había hecho anteriormente para atraparla, Satoru se ríe al escuchar la explicación de su técnica maldita

—Para hacer eso, primero tienes que saber lo que es, así que no me discutas, soy tu maestro, primero te enseñaré lo básico y luego algo de combate ¿bien? —la pequeña suspira, pero no reniega y se sienta en el piso de la sala de entrenamiento mientras Satoru le comienza a explicar loe esencial.

BREAK ME| Sukuna (Itadori)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora