Ryomen Sukuna

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Himari estaba aburrida en la biblioteca de la escuela de hechicería, Satoru le había propuesto ir a vigilar la misión de Megumi, pero ella debía confiar en su hermano, así que para matar el tiempo un rato, fue a ver que encontraba entre los libros.

No estaba buscando nada en concreto, solo pasaba la mano por los lomos, sintiendo el polvo que se pegaba a sus dedos, tantos libros y tan pocos alumnos para leerlos o que tengan interés en hacerlo, por lo general, las clases solo eran de tácticas y peleas, nunca se habían metido a profundizar demasiado en la historia o en las maldiciones en sí.

Algo que a Himari se le hacia extraño, pues, según un libro que le encargaron de leer en la escuela, el arte de la guerra, decía que uno debe conocer bien a su enemigo, debes saber más de tu enemigo que él mismo, pero, ellos ni siquiera sabían mucho de las maldiciones, solo que había que matarlas para que no maten a más personas o te maten a ti.

Pero, incluso el tema de los dedos de Sukuna, del gran rey de las maldiciones, nadie le hablaba mucho al respecto, cuando le preguntaba a Satoru solo decía que lo habían derrotado, pero al no poder quemar su cuerpo o algo parecido, habían dejado a los dedos como objetos malditos especiales y que ahuyentaban a otras maldiciones, era una mala práctica, pero funcionaba.

Su dedo se detuvo en un libro de una sensación extraña en el lomo, lo toma, observando que es de un color negro muy oscuro con letras rojas que tenían relieve, las letras eran de un japones algo viejo, curiosa por saber lo que decía la portada, consigue un diccionario de japones antiguo al moderno y se propone a descifrar el título.

Ryomen Sukuna

—Esto es raro, es como si la biblioteca supiera lo que estaba pensando—murmura viendo a su alrededor en busca de cámaras, pero no había nada—supongo que debe ser como Facebook

Luego de quince minutos de abrir una pagina al azar del libro, empezó al fin a entender mejor los símbolos japoneses viejos, era extraño, ya que a Himari nunca se le a dado bien la parte del estudio u otros idiomas, pero esas letras, a lo mejor por ser solo una variante del japones que ella conoce, le era más sencillo.

Sea como sea, empezó a leerlo, dándose cuenta que parecía una mala novela de Shakespeare o una muy buena ya que esta parece ser que, si sucedió, era entretenido a la par que divertido mientras seguía leyendo.

La historia relataba como los chamanes se habían unido para derrotar a Sukuna, el rey de las maldiciones y un tirano, aunque el esfuerzo de todos fue crucial para su caída, lo que marcó la diferencia fue un detalle inesperado. Una chamana, hermosa y audaz, había logrado hacerse con el corazón oscuro del rey, no físicamente, sino emocionalmente.

Ella había logado lo imposible, había captado la atención del rey contra todo pronóstico, el feroz, narcisista y despiadado Sukuna se había enamorado de ella.

Sin embargo, por razones que no venían en esa historia, ella había decidido unirse al bando de los chamanes, aunque Himari creía que ese siempre fue el plan de la hechicera o tal vez, los chamanes la habrán amenazado para ayudarles, pero no creía que alguien que se deje amenazar sea del tipo de Sukuna.

—Aw, el malvado cucarachón se nos puso sentimental—murmura divertida al continuar leyendo.

Durante el enfrentamiento final, mientras los chamanes y Sukuna luchaban ferozmente, fue la aparición repentina de esta chamana lo que hizo que Sukuna titubeara, aunque fuera por una milésima de segundo. Esa breve distracción permitió que todos los hechiceros lo atacaran y finalmente lo derrotaran.

Pero Sukuna, con su último aliento, maldijo a la mujer que había llegado a amar, asegurando que estarían destinado a encontrarse nuevamente y que se vengaría por su traición.

BREAK ME| Sukuna (Itadori)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora