Caos y consecuencia

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La atmósfera estaba cargada de tensión. La maldición de categoría especial rugía con un poder oscuro, lanzando un ataque implacable hacia Megumi e Inumaki. Ambos se preparaban para el impacto, pero justo en ese momento, una sombra apareció frente a ellos.

Himari Fushiguro alzó su mano, y el ataque se detuvo en seco, como si el tiempo mismo hubiese decidido hacerle caso.

Los ojos de la maldición se estrecharon al verla, reconociendo de inmediato a la chica de la que Kenjaku le había advertido. "Así que esa es la que mencionó... ella es un problema." La maldición era consciente de lo peligrosa que podía ser Himari si no la neutralizaba rápido. "Primero ella, luego los demás."

El monstruo cargó de nuevo, lanzando una ráfaga de energía oscura con la intención de dejarla fuera de combate, pero Himari no titubeó. Apretando los dientes, extendió su sombra, manipulándola con precisión para interceptar el ataque.

La energía maldita se desvaneció ante su control de las sombras, pero la maldición no se detendría tan fácilmente.

—Inumaki, Megumi, tienen que irse —ordenó Himari con su tono firme pero cargado de preocupación.

Sabía que su misión era clara: proteger a su hermano y a su novio, a toda costa. Pero antes de que pudieran moverse, un golpe brutal cruzó el campo de batalla, alcanzando a Megumi de lleno.

Él cayó al suelo, herido, y un destello de desesperación cruzó el rostro de Himari.

—¡Megumi! —gritó, corriendo hacia su hermano, su sombra extendiéndose para protegerlo de un nuevo ataque. La maldición aprovechó ese momento de vulnerabilidad, lanzándose sobre ellos con una crueldad palpable.

Pero, justo antes de que pudiera alcanzar a Himari y Megumi, una poderosa voz retumbó desde detrás.

—¡No te preocupes, Himari! ¡Tus salvadores han llegado!

Itadori Yuji y Aoi Todo aparecieron en escena, cargando con la intensidad de una tormenta. La maldición, al ver a los dos nuevos oponentes, retrocedió levemente, reconociendo el peligro que representaban.

Itadori clavó sus ojos en Himari, observando cómo luchaba ferozmente para proteger a su hermano. Algo dentro de él se removió. "Dioses...", pensó, incapaz de ignorar la mezcla de poder y belleza que irradiaba de ella en ese momento. "Se ve... increíble mientras pelea."

Himari, con la mirada resuelta pero la preocupación vibrando en cada fibra de su ser, corrió hacia Megumi, cubriendo su cuerpo con una de sus sombras, que ahora adoptaba la forma de un escudo protector.

—Debo llevarlo a la enfermería —dijo, su voz decidida pero teñida de ansiedad —Les encargo el resto.

Itadori asintió, pero no pudo evitar que su mirada siguiera a Himari por un segundo más de lo necesario, observando cómo Inumaki corría hacia ella. El malestar dentro de él aumentaba mientras veía a su amigo tomar la mano de Himari con preocupación genuina.

Sin embargo, no era solo Itadori quien se sentía perturbado por la escena. Dentro de él, Sukuna observaba todo con furia creciente. "¿Ese mocoso... atreviéndose a tocar a MI mujer?" El rey de las maldiciones rugía en silencio, cada fibra de su existencia irradiando odio y celos.

La ira se arremolinaba en su interior, una ira que no solo venía de su naturaleza posesiva, sino de algo más profundo. Algo que él no podía comprender, pero que ardía con furia ciega cada vez que veía a Himari interactuar con Inumaki.

"Te haré pagar por esto, insecto" susurró Sukuna en la mente de Itadori, su voz rasposa y cargada de amenazas.

Pero por ahora, Himari estaba enfocada en una sola cosa: salvar a su hermano, sin saber que dos almas, una humana y otra maldita, estaban atrapadas en una guerra interna a causa de ella.

BREAK ME| Sukuna (Itadori)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora