La intervención de Sukuna

56 8 4
                                    

La luz de la lámpara de noche iluminaba tenuemente el cuarto, arrojando sombras en los rincones y sobre los rostros de Himari e Itadori. Aunque era tarde y el cansancio pesaba sobre ellos, algo en la atmósfera los mantenía despiertos y conectados.

Itadori comenzó a hablar de Junpei, su voz llena de emoción y entusiasmo. Sus palabras pintaban una imagen de Junpei que Himari nunca había considerado antes: un joven que, a pesar de sus circunstancias, poseía un espíritu indomable, esperanza y la capacidad de cambiar y crecer.

Alguien que podría pertenecer al mundo de los hechiceros.

—Imagínatelo, Himari. Junpei podría ser increíble con nosotros. Tiene esa chispa, ¿sabes? Y creo que se llevaría genial con el equipo— Itadori continuó, sus ojos brillando con expectación.

Himari escuchaba en silencio, su corazón latiendo con una intensidad que no comprendía. Si hubiera sido Panda, Maki, Megumi o incluso Inumaki, les habría dicho que necesitaba descansar. Pero con Itadori, era diferente. No podía ponerle nombre a lo que sentía, pero era algo que la movía por dentro. Era una sensación extraña, como un suave cosquilleo que se extendía desde el fondo de su estómago hasta la punta de sus dedos. Esa comodidad, esa calidez, esa seguridad... era adictiva.

—Y tienes que ver cómo se ilumina cuando habla de las cosas que ama. Es como... es como cuando te veo a ti hablando de tu obsesión con las maldiciones. Es hermoso ver ese tipo de conexión y pasión en alguien—concluyó Itadori con una sonrisa genuina.

Himari se encontró sonriendo inconscientemente, atrapada en las palabras de Itadori y en la comparación que hizo. Quería decir algo, cualquier cosa, pero su voz se quedó atrapada en su garganta.

Itadori parecía darse cuenta de la tensión en el aire y desvió la mirada, sus mejillas tornándose un tono rosado.

—Lo siento, creo que me he dejado llevar. Deberías descansar, especialmente si vas a ayudar a Nanami mañana.

Himari asintió, aunque una parte de ella deseaba que la noche nunca terminara.

Himari miró a Itadori y comenzó a hablar sobre la maldición que habían enfrentado. Sus ojos brillaban de emoción mientras contaba los detalles.

—Itadori, descubrí algo increíble. ¡Puede hablar y racionar! Eso significa que, de alguna manera, él también tiene un alma. Imagínate lo que podríamos aprender de él. Pero... también es increíblemente peligroso.

Sus palabras fluyeron con facilidad, cada descubrimiento y pensamiento era como una pieza del rompecabezas que Himari ansiosamente quería compartir con alguien, y ese alguien era Itadori.

Sin embargo, mientras explicaba, Himari notó la expresión de Itadori. Sus ojos la observaban con tal intensidad y ternura que la dejó sin aliento. Una sonrisa jugaba en los labios de Itadori, una sonrisa que la hacía sentir especial, querida.

Trastabillando en sus palabras, Himari tartamudeó.

—¿P-Por qué me miras así? No lo hagas...—Itadori inclinó la cabeza, fingiendo confusión.

—¿De qué manera? —Con sus mejillas enrojecidas, Himari murmuró.

—Como si lo que estoy diciendo fuera lo más interesante del mundo, no tienes que fingir, se que a los demás les estresa que hable de eso, menos a Yuta, pero él esta chisquiado—Itadori sonrió aún más, su mirada suave y franca.

—Pero, no estoy fingiendo, tú eres lo más interesante que he encontrado en mi mundo.

Himari sintió como si el aire la hubiera abandonado. Su corazón latía con fuerza, y todo en ella se sentía más vivo que nunca. Avergonzada y abrumada por la sinceridad en las palabras de Itadori, desvió la mirada.

BREAK ME| Sukuna (Itadori)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora