La chica de acero

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La estación de trenes estaba abarrotada con el bullicio de la gente moviéndose apresurada de un lado a otro. Las voces y el chirrido de los frenos se mezclaban en un caos armónico. Entre la multitud, Satoru, Megumi, Himari e Itadori esperaban ansiosamente a la nueva incorporación al grupo, Nobara.

Himari e Itadori se habían comprado palomitas, un waffle en cono y unos lentes a juego, Megumi los observaba sintiendo vergüenza ajena al verlos y Satoru se alegraba un poco de que su estudiante favorita se estuviera divirtiendo un poco.

Megumi, con su mirada penetrante, observó a la chica que se acercaba. Su apariencia fuerte y determinada le recordó inmediatamente a su hermana *Definitivamente tiene el mismo aspecto tosco* pensó para sí, con un aire deprimente

A Satoru, por otro lado, le brillaban los ojos de diversión. No pudo evitar imaginar la dinámica que surgiría entre las dos chicas. Había una chispa en Nobara que, sin duda, coincidía con la personalidad fuerte de Himari, aunque ya tenía a Maki, una chica de más no le vendría nada mal.

Itadori, aun tratando de comprender la complejidad de sus compañeros, observó a Nobara desde lejos. *Vaya, que pena*, pensó, al ver como se peleaba con un señor que buscaba una modelo.

Sin esperar a que los demás reaccionaran, Himari levantó la mano y llamó a Nobara, quien alzó la vista y se encontró con la mirada decidida de su superiora, ya que Himari era una hechicera de mayor grado. Las dos se detuvieron frente a frente, evaluándose de arriba abajo. Un silencio tenso llenó el aire alrededor de ellas, haciendo que los otros contuvieran la respiración.

Entonces, rompiendo la tensión, las dos chicas sonrieron abiertamente y se abrazaron con entusiasmo, como si hubieran sido amigas durante años. Satoru soltó una risa ligera, disfrutando del espectáculo.

Megumi, por su parte, suspiró resignado y pensó para sí mismo: *Las chicas locas parecen reconocerse entre sí*. La jornada prometía ser interesante.

Fueron a los casilleros a dejar las cosas antes de ir al lugar abandonado donde Nobara e Itadori pondrían a prueba sus habilidades y hacer un experimento de campo, Satoru, Megumi y Himari se quedaron afuera esperando, aunque, en todo el camino, Himari había estado muy concentrada en su celular que a penas y si les puso atención.

Nobara e Itadori investigaban el lugar, la chica quería terminar rápido para ir comer sushi, pero Itadori la confrontó.

—Tomate esto en serio, las maldiciones son peligrosas—en respuesta, Noabra le dio una patada—No entiendo estos cambios de humor

—¡Y por eso Himari nunca te hará caso!

—¿Cómo sabes que Himari no me hará caso? —pregunta en un murmullo triste—de seguro tú tampoco serás tan popular—contradice, pero Nobara ya no lo escucha, Itadori se pone de pie y suspira justo cuando una maldición llega a atacarlo.

Afuera del edificio, Himari se sonrojaba al leer el teléfono y Satoru, cansado de no ser el centro de atención de sus dos estudiantes, le quita el teléfono con un rápido movimiento.

—¡Hey, eso es mío! —exclama poniéndose de pie y Satoru también

—Solo quiero ver que es lo que te pone tan sonriente, pulgosa—responde el peliblanco empezando a leer los mensajes que se estaba enviando con Inumaki, dándose cuenta de algo que lo hizo sonreír de oreja a oreja, completamente divertido—no puedo creerlo—empieza la hora del drama—e criado a una pervertida

—¿Eh? —Megumi ladea la cabeza, confundido

—¡Maestro Gojo! —Himari solo le decía así cuando estaba enojada o muy avergonzada

BREAK ME| Sukuna (Itadori)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora