Por mí

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El frío viento nocturno se mezclaba con el polvo levantado por la furiosa lucha entre Himari y Sukuna. La oscuridad del cielo se veía iluminada por destellos momentáneos, provocados por cada impacto y chispa de sus encuentros. Los edificios circundantes, silentes testigos de este duelo, reflejaban la sombría luna que parecía observar con interés.

Megumi no podía creer el nivel de su hermana, dándose cuenta de porque es hechicera grado uno, a pesar de no usar ninguna técnica maldita, le daba pelea al recién despertado, Sukuna.

En un arrebato inesperado, Sukuna, con su velocidad sobrenatural, logra cerrar la distancia entre él y la joven hechicera. Sus dedos ásperos y fríos se posan sobre las delicadas mejillas de Himari, ejerciendo una presión que amenaza con lastimarla. Ella siente el dolor punzante, pero más que eso, es el contacto directo y la cercanía forzada con el rey de las maldiciones lo que la deja casi sin aliento.

Con un quejido de dolor, Himari coloca sus manos sobre las de Sukuna, tratando desesperadamente de liberarse. Los ojos de ambos se cruzan, fieros, cargados de intensidad. La respiración de Himari se vuelve irregular, y puede sentir el aliento cálido y burlón de Sukuna sobre su piel. En este momento de peligrosa proximidad, sus labios llegan a rozarse, desencadenando una corriente eléctrica que recorre el cuerpo de la joven.

Ella trata de ignorarlo, aunque la chispa seguía sintiéndose en sus terminaciones nerviosas.

A pesar del temor y la adrenalina que inundan su ser, Himari no puede evitar ser consciente de la acelerada cadencia de su corazón. La realidad de tener a Sukuna tan cerca, de sentir su poderosa presencia, provoca en ella una mezcla de miedo, furia y una inquietante fascinación. Su mente lucha por no perderse en la intensidad de ese momento, mientras se repite internamente que debe encontrar una salida y no dejarse abrumar por las emociones que la asaltan.

—Quisiera borrar de tus labios esa sonrisa arrogante—a pesar de todo, Himari seguía sonriendo, con dificultad por el apretón en sus mejillas, pero no dejaba de sonreír

—Buena suerte con eso—le da una patada y logra soltarse de su agarre, él vuelve a arrematar contra ella, Himari planeaba esquivarlo, pero al escuchar a Megumi quejarse, se distrae por un momento, casi nada, aunque él aprovecha y le da una fuerte patada, rompiendo una de sus costillas, se arrastra un poco y Sukuna se pone de cuclillas, tomando su barbilla con su mano para alzar su rostro y verla a los ojos.

—Los hechiceros siempre son débiles al querer proteger a los demás

—Lo dice un anciano de mil años del que solo quedan sus dedos—se pone de pie, alejándose de él para quedar frente a su hermano y protegerlo

—Siempre has sido demasiado irrespetuosa, ahora al menos, podré enseñarte algo de modales, mocosa

—Uy, que miedo—Sukuna iba a responderle, pero Itadori logra recuperar el control de su cuerpo, Megumi toma la pierna de su hermana y la chica asiente, al ser gemelos, compartían un poder especial, podían prestarse energía maldita.

Megumi hizo los símbolos de manos en posición de ataque, mientras le exigía a Itadori no moverse y quedarse quieto, Himari siente el palpitar de su costado por la costilla rota y en eso aparece Satoru preguntando por la situación.

—No tenía previsto venir, pero te dejaron hecho polvo, que mala eres pulgosa, dejaste que le dieran una paliza, unas fotos para los de segundo—saca su celular y empieza a tomarle foto a los gemelos, Megumi con cara de despistado y Himari posando para las fotos—los peces gordos estaban inquietos con el objeto maldito especial desaparecido, así que vine con Himari ¿Lo encontraste?

—Perdón—habla Itadori interrumpiendo con la charla—pero...me lo comí—se hace un pequeño silencio

—¿En serio? —pregunta el peliblanco

BREAK ME| Sukuna (Itadori)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora