I'm in love with an emo girl (Amor x Emos)

Cap 12

Auri

Había terminado de hablar con Julissa pero todavía no me sentía bien. Las cosas nos sobrepasaban, éramos adolescentes luchando con algo que ningún ser humano estaba listo para enfrentar. Es muy difícil estar unidas cuando lo único que quieres es correr a tu casa y mirar televisión con tu perro, Budín.

Oh, Budín.

En todo este tiempo no tuve lugar para pensar en él y tampoco pude pasar el duelo de forma adecuada. Eso no significaba que no me doliera porque dolía cada día, cada minuto de mi vida que pasaba sin él.

Estaba afuera, buscando a Zoe, Pris me dijo que era peligroso que saliera sola, más de noche. No quería que Anuel la encontrara y se la llevara, sabía de lo que él era capaz y no lo iba a permitir. Antes de que pudiera seguir preocupándome por ella, escuché gritos. Muchos gritos.

—¡Ayuda! —Era la voz de Zoe— ¡Alguien!

Comencé a correr rápidamente con el corazón en la boca. Solo podía imaginar las peores escenas... No podía perderla a ella también... Es una necesidad que Zoe estuviera bien...

—¡Zoe! —La llamé.

Pero no era ella la que estaba herida, era otra persona que yo conocía muy bien. El abdomen de Luisana, la sangre, su pierna... ¿Cómo es que seguía viva? El rojo abundaba por todas partes, ¿Acaso un ser humano es capaz de desangrarse de esta forma y no morir instantáneamente? Cuando miré hacia Zoe, ella no podía moverse. Joder, me dolía más verla a ella sufriendo tanto internamente que el hecho de que Luisana estaba muriendo trágicamente (aunque merecido). La verdad Luisana nunca había sido mucho de mi agrado, solía abandonar demasiado a Kiwi. La rata le estaba haciendo RCP desesperadamente pero él sabía que de nada iba a servir. Por un segundo tampoco supe que hacer.

—Tenemos que llevarla —Me gritó Zoe— Ayúdame a levantarla.

Es inexplicable el sentimiento que brotó  en mi cuando tuve que transmitirle que no podíamos salvarla, que Luisana ya estaba perdida.

—No —Me gruñó—No vas a abandonarla ahora —Caminó rápidamente hacia la herida y trató de levantarla, tuve que asistirla y bloquearla desde atrás para que no hiciera que la tarada se desangrara más—¡Perdón!, ¡Perdóname tu a mi!, ¡Perdón! —Salió de su garganta. Fue desgarrador, fue... desearía no haberlo escuchado. Nadie te prepara para ver sufrir a la persona que más amas.

—Vamonos —Le susurré con el corazón partido— Debemos dejarla descansar. Hay que irnos.

Ella seguía llorando desconsoladamente, temblaba tanto que no pude entender como es que seguía de pie. Luego de unos minutos suplicando, ella agarró a Kiwi y se despidieron.

—Yo voy a hacer que paguen, mami. Nadie va a lastimarte nunca más —Dijo la ratita mientras le acariciaba la sangrienta mejilla. Eso solo hizo que Zoe se desestabilizara más. Decidió agarrar a su sobrino y largarse rápidamente. Podía entenderlo, si se despedía ella se derrumbaría. Tenía que ser fuerte.

—Te prometo que haremos justicia —Me arrodillé frente a la muerta y le cerré los ojos para luego marcharme. Corri rápidamente para alcanzar a Zoe y abrazarla mientras caminábamos, sabía que necesitaba desahogarse pero que no lo haría enfrente de su sobrino.

Al llegar al salón, todas estaban riendo y hablando normalmente como si una de nosotras no nos faltaba. El mundo seguía siempre, si no avanzabas te quedabas atrás y no serías capaz de volver a ser feliz, vivirias bajo la sombra del pasado y de lo que pudo ser el futuro. Era cruel, claro, pero así eran las cosas. Tenías que superarlas para que luego te lastimen de nuevo. Era un ciclo sin fin, un ciclo que a nosotras nos iba a salir muy caro.