Aiden...
Una vez entrando a la suite ordené al personal que se retirara, una vez estando solos, seguimos besandonos, nuestros labios estaban hinchados, nuestra temperatura cada vez era más alta y mi excitación estaba por los cielos, seguimos besandonos apasionadamente y poco a poco nos fuimos deshaciendo de las prendas de vestir, empezando por quitarnos los zapatos y tirarnos en el sofá, yo estaba sobre ella, apoyé en mis brazos mi pesor y seguimos besandonos luego la tomé del trasero le dí una nalgada y le di vuelta dejandola sobre mi, posicioné mi mano sobre su espalda y lentamente empecé a bajar el cierre de su vestido, Mica no llevaba sostén así que me facilitaba el trabajo, una vez retirado su vestido empecé a morder, chupar y acariciar sus pezones y empecé a escuchar sus gemidos y jadeos, esos jadeos y gemidos eran musica para mis oídos, así que no pararía por un buen rato, luego empecé a dejar mis besos húmedos por todo su cuerpo, llegando a rozar su tanga blanca, pero en eso ella me besa y me quita mi camisa rápidamente, haciendo un par de maniobras y dejándome como un perrito con correa, tomándome de la corbata, está me estaba ahorcando, pero seguí con el delicioso y placentero beso, luego sentí su mano rozando mi pene y acariciándolo.
- Todavía no es hora pequeña - dije alejando su mano de mi pene.
Inmediatamente agarré sus manos y las amarré con mi corbata, dejándola así a mi alcance, sería toda mía, seguí dejando besos húmedos y jugando con sus pezones, mordí la tanga y tiré de ella, está empezó a bajar lentamente, ya estaba totalmente húmeda, al retirarla por completo pude apreciar su hermosa y suave vagina, empecé a rozar su clítoris con mi nariz y luego introduje mi lengua en ella.
- Ahh, Ahhh - empezó a gemir y ésto me motivó a seguir, sus gemidos eran la mejor musica que mis oídos podían escuchar - dame más, por favor - su voz se escuchaba entrecortada de lo placentero que sentía.
Seguí introduciendo mi lengua, saboreando todo de ella, su sabor era tan único y exquisito, succioné todo en ella aprovechando lo máximo, sabía que pronto se iba a correr, no duró mucho y se corrió.
- Tu primer orgasmo de la noche pequeña - dije con una sonrisa maliciosa y besé su vagina.
Mientras ella se intentaba recuperar de su primer orgasmo, yo la seque con unas servilletas y empecé a introducir mis dedos, inicié con uno, sin olvidarme de acariciar su clítoris con mi pulgar, luego metí dos dedos, empecé a aumentar la velocidad y frecuencia, al introducir el tercer dedo, sus gemidos y jadeos eran lo único que se escuchaba, eran tan fuertes que aseguraría que todo el edificio ya la escuchó.
- Ahh, Aahhh, me voy a correr - metí el cuarto dedo y aumente mucho más la velocidad - enserio, ahhhh, por Dios, ahh, ahh, ahh, ahh, enserio, para, estoy a punto de, ahh, correrme - dijo sin más y se corrió con mis dedos a dentro.
Saqué mis dedos de ella y sin dudarlo los lamí y le di un poco a Mica, para que se probara, ella estaba exhausta, pero aún no habíamos terminado, apenas era el comienzo.
- Ay pequeña, apenas es el segundo orgasmo, falta mucho todavía y tú ya no aguantas, JAJAJAJA, te apuesto a que después de que te meta mi pene no podrás ni caminar - me reí fuerte.
- No creo poder aguantar, necesito tu pene dentro de mi urgentemente - dijo sin más y me bajó los pantalones junto con el boxer y agarró mi pene.
- Tus deseos son órdenes, pero antes, tienes que hacer algo - agarré sus manos y las posicioné en mi pene.
Nos movimos de lugar y con la corbata en su cuello la jale hacia una esquina de la cama, hice que me masturbara y oh por dios, que bien se siente, no dudé en posicionar mi pene en su boca, necesitaba más placer, Mica sin dudarlo lo tomó y lo empezó a introducir, hacia magia con su boca.
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Serás Mía
Roman d'amourAiden Scott un mafioso que no tiene límites, el es el rey de la mafia, sin debilidad alguna, hasta que llega ella. Mica Anderson una mujer única y pura, es perfecta, pero, no cree en el amor. ¿Podrán tener su final feliz?