13 los bebes malditos

826 103 9
                                    

El tiempo paso y el invierno se acercó a paso agigantados, el pueblo estaba bien protegido por muros altos y dentro había hermosas casas de ladrillo, tiendas de comida ropa y necesidades diarias.

Todo el lugar cambio y el cambio más grande todavía estaba en las personas del lugar vestían ropas echo de pieles zapatos, la mayoría llevaban en la espalda arcos con flechas echas con punta de acero. Ya el acerró no es exclusivo de los enanos.

Para no crear una fricción con los enanos silenciosamente expandieron la técnica de fabricación de acero sería malo una guerra. Las guerras no traen nada bueno solo destrucción, muerte y enfermedades.

Su gran casa con muchas habitaciones estaba lista cada esposo tenía su proprio cuarto del mismo modo ella, intenta con todas sus fuerzas no ser parcial. Hay dos estudios uno pequeño que es para ella y el grande se comparte entre todos.

Todo el mundo trabajo diligentemente para recolectar comida secar hacer mermelada, sirope compota, la carne se seca y también hay carne ahumada, hay harinas. Y las cuevas de los tesoros de los esposos se convirtieron en dos almacenes uno para comida otro para cosas.

Hoy salieron por el bosque quería ver lo que puede entrar para comer.

Gregorio el pequeño zorro corría en todas las direcciones enseñando todo clase de cosas. Aun que es de nivel de un rey todo el día actúa con coquetería y dulzura buscando su atención en cada minuto, los otros machos lo miran con caras negras de disgusto.

Gregorio está muy agitado hoy ya que le toca a ir a su habitación esta noche, no puede no reírse. Ya se acostumbró de ser mimada todas las noches hasta no poder más, su cuerpo se fortaleció y el disfrute es mutuo.

Un arbusto se movió a un lado un pequeño lobo que aún no ha sido destetado se tambaleaba lloriqueando de izquierda a derecha llorando débilmente.

Diana miro a su alrededor, pero no vio a su madre se acercó al pequeño lobo llena de preocupación, antes de poder tocarlo Hugo lo aparto.

- No lo toques es un niño maldito.

Diana frunció el ceño sin entenderlo.

- ¿Qué niño maldito?

- Los niños nacen en forma humana los niños que nacen con forma animal son considerados maldecidos y después de que pueden ver son echados de la tribu si tiene la habilidad sobrevivirán si no morirán. Contesto Rubén. Si tiene la suerte algún animal lo adoptara.

- Es un bebe, se acercó al pequeño y lo levanto en los brazos, el pequeño tenía tanta hambre que empezó a lamer sus dedos buscando la teta para beber leche.

Trame una cabra a la casa se dio la vuelta y quería regresar.

Los hombres se miraron viendo su cara decidida, no sabían que hacer, pero al final se callaron.

Al entra en el pueblo todos los miraron con consternación viendo al niño maldito con sorpresa, miedo incluso disgusto.

El patriarca la miro con desaprobación, ella levanto la mirada y dijo. Esta niña era su nuera y orgullo de su tribu, pero a veces le parece demasiado egocéntrica.

- Nunca se debe abandonar un bebe, un niño o niña ni un cachorro.

Al regresar a casa los hombres obedecieron tácitamente y trajeron la leche, pronto el cachorro comió con mucha hambre, luego se acurruco en sus brazos como buscando protección y lloriqueo y se quedó dormido.

Le hicieron un hermoso nido y lo coloco allí Diana sonrió le gustaba mucho los cachorros pequeños y los bebes. Los hombres lo miraron y sin saber decidieron dejarla embarazada.

Mundo de las bestias - AcomodarseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora