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Habían pasado dos semanas de haber sido despedido, por lo que ahora se la pasaba en su hogar aburrido, pues, el albino tenía que ir a seguir con sus estudios, aunque ahora salía más de lo habitual, era obvio estaba en su último año, por lo que los trabajos en ese momento se ponían tediosos, bueno eso sabía por los desconocidos que siempre se quejaban de la universidad.

Recostado en un sillón, miraba una película en la televisión, en un punto de la misma, se identificó con un par de personajes, siendo dos de los tres que eran protagonistas, sintió un hueco en el estómago, un vacío que le provocó angustia, apagó el aparato, no quería saber como terminaría, aunque en su inconsciente presentía como sería su desenlace, pero no deseaba llegar a ese punto en su vida y relación.

Debía hacer algo productivo, como conseguir empleo, pero a petición de su pareja decidió tomarse un descanso puesto que aun tenían un ahorro suficiente, pero como sabía los gastos siempre regresan tarde o temprano, se llevó las manos a la cabeza, suspiró antes de soltar su agarre y salir en busca de un empleo.

Al llegar, observó que estaba solo, sonrió un poco antes de encerrarse en su cuarto de estudio, solo esperaba que tardara un poco en volver.

Caminando por las calles, fue observando algún sitio donde pudiera desempeñarse y ganar un dinero al que estaba acostumbrado obtener por sus servicios, pero, estos no serían posibles, no deseaba estar más en lugares similares, quizás trabajar en alguna fábrica le ayudaría, iba tan concentrado en sus pensamientos hasta que el sonido de un flash de una cámara captó su atención, no supo de donde provenía, hasta que después de buscar, observó a un chico con un suéter de una talla más grande, el cual cubría su rostro con el gorro del mismo y llevaba entre sus manos una cámara fotográfica, no le dio importancia, supuso ser algo sin relevancia, por lo que continuó hasta llegar a ver su posible solución.

Emocionado por la noticia, regresó de inmediato a casa, donde encontró a su pareja en el mismo sofá donde estuvo horas antes, lo vio alegrase, aunque en sus ojos pudo notar duda o nerviosismo, le preguntó si pasaba algo, pero su respuesta fue solo que lo extrañaría, por un momento se alegró e intentó besar sus labios, pero el joven de ojos como el rubí, giró su rostro, argumentando que debía tener hambre y después de esa escena algo vergonzosa para uno, se dispusieron a realizar la cena.

Al terminar, solo él se fue a la habitación que compartían, ya que en palabras del albino, debía terminar un trabajo; ya acostado y mirando el techo, comenzó a pensar qué fue lo que le atrajo del albino, pues amor, sabía que era lo que sentía por él, pero no sabía dónde comenzó todo, su mente viajó a donde lo conoció por primera vez, cuando pidió informes del lugar, no recordaba las preguntas que le hizo en ese momento, solo recordaba verlo, admirando todo con asombro, y siendo cautivado por su sonrisa, llevó su mano a su frente, por lo que recordaba, se enamoró a primera vista, puesto que ahí comenzó su pasatiempo nocturno de escribir en aquel cuaderno, cuaderno que recordó no escribir más desde que compartía la habitación, lo buscó donde solía dejarlo, pero al no hallarlo se dispuso a revisar cada rincón de la habitación, y sus resultados dieron frutos después de varios minutos, casi una hora completa, se le hacía extraño encontrarlo tan lejos de su sitio, pero no le dio importancia, hojeó las páginas y volvió a escribir en él como solía hacerlo y al terminar, lo guardó esta vez en un cajón donde conservaba el reloj de bolsillo y un collar de diamantes pertenecientes a sus padres, les dio una última mirada y con los recuerdos que vivió con ellos se fue directo a dormir, sin notar como alguien lo miraba desde la puerta en silencio.

Había pasado unos meses desde que consiguió el empleo de recepcionista en un modesto hotel de la ciudad, escuchando los sonidos de las tiendas y del mismo hotel que estaba adornado de acuerdo a la festividad, pasaba el tiempo atendiendo a los que ingresaban por una habitación o dejaban el hotel, era una época agotadora, solo esperaba llegar a casa a entregarle el regalo que le había comprado, no esperó mucho cuando vio su hora de salida, se despidió de los compañeros que se cruzaba en su camino y antes de llegar a su edificio, se topó con aquel vecino, suspiró, sabía que era lo que quería decirle, pero  no quería que esas palabras arruinaran su día, al hablar con él, se disculpó por el ruido que no lo dejó dormir, al alejarse de él lo escuchó maldecirle por explicarle su situación sentimental con él chico del cual se quejaba, caminó un par de pasos hasta que se detuvo, miró a donde se suponía donde estaba su casa, estaba haciendo frío y su aliento podía verse cada vez que respiraba, pero su mente no parecía enfocarse en eso, sino en lo anterior con aquél sujeto.

Meditando si llegar ahora a casa, o esperar, sus manos temblaron y no por el frío del clima, sino porqué sabía que pasaba en su departamento, sabía que se estaba divirtiendo con otra persona, no entendía el por qué de esto, se cuestionó si era lo suficientemente bueno para él o cuál era su fallo, pero lo conocía, Mafumafu jamás le respondería con la verdad si le preguntaba, decidió dar una vuelta, mientras esperaba.

Al ingresar a casa, lo vio preparar la cena, aunque la casa parecía estar algo desorganizada, no le importó, lo abrazó por la espalda y lo besó en el cuello, sus manos lo acariciaron y el albino no protestó, al contrario, se dejó llevar por las sensaciones que él más alto le brindaba, fue así que en esa noche se volvieron a entregar.

Al terminar, se repartían uno que otros mimos y besos, en aquella fría noche, ambos miraron la ventana.

—Esta nevando— comentó el albino mirando fijamente como caía la nieve.

—Deberías pedir un deseo— le dio un beso en su cabeza inhalando su aroma.

—Ya lo tengo todo, solo me importa que Luz me ame siempre— se acurrucó en su pecho.

—Eso es fácil— se quedó callado unos minutos hasta por fin revelarle el verdadero regalo.

—¿Qué significa esto?— solo le sonrió como respuesta, mientras el de ojos color rubí miraba aquel objeto entre sus manos.

Solo un nuevo futuro y una nueva vida junto a ti.

Solo Una IlusiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora