⛓🥀⛓Nuevamente bajo la lluvia y cubierto con una capucha tratando inútilmente mantenerse seco, corría a casa, no le gustaba sentirse enfermo así que debía llegar rápido a casa, aunque sabía que nadie lo esperaba, así había sido su vida en los últimos años, por lo que mantenerse por su cuenta había resultado difícil para un adolescente como él.
Al fin llegando a casa, se deshizo de sus prendas húmedas, y tomó un baño, que para su mala fortuna no había agua caliente, no era lo único, sabía que la comida de esta noche tendría que esperar, por lo que debía nuevamente engañar a su estómago con agua.
Suspiró y volvió a colocarse su ropa usual de pijama, aun parecía estar limpia, y yendo a la cocina con una toalla en la cabeza fue a tomar agua, mirando a la ventana observó las nubes tormentosas y los truenos que iluminaban la ciudad, sentía que su vida era insignificante, pero,
¿No era suficiente ya todo este sentimiento pesimista?
Con esa pregunta se fue a dormir, mañana esperaba que fuera un mejor día, donde las cosas fueran mejor, dejó salir una carcajada al momento de apagar la luz, sabía que para tener un mejor día debía de esperar mucho para conseguirlo.
Y así el nuevo amanecer dio paso a su rutina laboral y escolar, estando ya en su último grado de estudios, decidido por él mismo, pasó casi un día normal en las clases, excepto por cierto problema, sus deberes y trabajos pendientes, los cuales olvido por estar en su trabajo de medio tiempo en aquel establecimiento lo consumía más de lo que debía, es así que, con ese argumento en mente, solo debía graduarse de secundaria y seguir trabajando.
Fue así que, una vez terminado la secundaria, se dedicó a trabajar, probando en diferentes establecimientos, pues ser ayudante en almacenes, provocaba su prematura muerte al caerle los paquetes de productos que vendían, pasando de cajero a botones y ahora se encontraba en un bar como mesero a sus 19 años, aunque por ciertas ocasiones era acompañante de algunas clientas por orden de sus superiores, a veces, su dependencia emocional lograban causar que la escenificación de novio falso funcionara y creyera en su ilusión de que no era un trabajo del establecimiento, pero las palabras de las mujeres o sus acciones infieles a sus verdaderos novios, rompían su burbuja y caía de cuenta en la realidad.
Suspiró no era algo que debía de importarle, es más sabía que muchas preferían divertirse a costa de sus parejas o incluso llegar a acosar a sus acompañantes, y él no fue una excepción, incluso fue víctima de rumores solo por rechazarlas gentilmente, llegando a punto en desaparecer de la faz de la Tierra con tal de no ser encontrado.
Pero no estaba ahí sonriendo para recordar el pasado, sino para vender bebidas caras mientras ofrecía su compañía a aquellas mujeres que solo sabían ser lindas y vacías. Observó el reloj en su muñeca, frunció levemente el ceño pues apenas iban 30 minutos y faltan horas para retirarse del trabajo.
—¿Sucede algo cariño?
La mano ajena tapó su reloj, haciendo que mirara a su rostro tan maquillado.
—No es nada importante— le sonrió y le acomodó un mechón detras de la oreja.
—Si no lo era, ¿Por qué dejaste de verme?— infló sus mejillas en modo de indignación.
—Solo veía la hora, hace rato que pedimos las bebidas y aun no han llegado— se dispuso a levantarse del lugar, pero fue detenido por la fémina.
—No te vayas, igual solo son bebidas, solo quedate a mi lado— miró a la mujer de escote pronunciado, quería un descanso, pero una mano en su hombro lo hizo replantearse esa idea.
—¿Hay algún problema?— un hombre de apariencia más madura apareció, el cual ambos conocían.
—Ninguna jefe, iba a ver porque tardaban las bebidas pero la señorita me comentó que prefería mi compañía mientras seguimos esperando.
—Entiendo, entonces siga charlando yo buscaré su pedido.
Y sin más tuvo que seguir con aquella charla sin sentido y pretender que era la más interesante del mundo.
Solo deseaba llegar a casa y lavar su cuerpo, pues los perfumes ajenos aun seguían impregnados en él y por fin comer algo casero, pues ahora que trabajaba en aquel sitio la paga obtenida era suficiente para la renta, pago de servicios y lo importante, comprar comida.
Pero a pesar de eso, tenía otra forma de conseguir dinero, y era rentando una habitación en su departamento, aunque parecía que el dueño era su inquilino y él, el que rentaba pues se la pasaba más trabajando tarde y solo llegaba a asearse, comer y dormir, mientras que aquel, pasaba más tiempo en su hogar pues solo tenía que ir a la universidad y una que otra salida.
Al abrir la puerta, un aroma a quemado lo recibió así como el ruido del acero estrellándose en el suelo acompañado por una qué otra maldición.
Arqueo la ceja en señal de confusión, se suponía que su inquilino estaba dormido pero aquellas palabras sucias provenían de su voz, dejó su calzado en su área correspondiente y se encaminó al lugar donde provenían los ruidos.
Su sorpresa fue, encontrar lo que parecía ser arroz y una especie de guiso extraño, mientras aquel chico intentaba recoger lo que cayó al suelo.
—¿Qué sucedió?— fue lo primero que pudo decir.
—Solo trataba de hacerte algo de comer— aquello lo desconcertó —Es que me comí tu comida que dejaste y quería— comenzó a sentirse nervioso —Además no era una buena comida, solo eran sobras... Lo cual no es bueno para tu salud— lo paso de largo, directo al refrigerador tomado una fruta, una manzana para ser más precisos.
—Solo limpia por favor— se retiraba del lugar cuando una voz lo retuvo.
—¿Solo dirás eso? ¿No comerás lo que te hice?— mordió su manzana observando lo que seguía en la estufa y que parecía haberse caído antes.
—Es muy tarde, es mejor una manzana, además eso no es de mi gusto, descansa Mafumafu.
—Idiota— molesto por ser despreciado su amable intento, miro la comida, y sabía que no era comestible, no era bueno en eso pero aun así debía elogiar su esfuerzo.
Recogió la cocina y se fue a dormir.
Por su parte, el dueño del lugar trataba de dormir, era un primer acto de bondad en mucho tiempo y él había sido tan descortés, quizás mañana podría arreglar la situación.
Pero como una costumbre, tomo aquel cuaderno qué yacía debajo de su almohada, y continuó escribiendo donde se había quedado la vez anterior.
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Solo Una Ilusión
Hayran KurguMe pregunto si esto es suficiente para ti 𓊆 Capítulos de ±1000 palabras aproximadamente𓊇