⛓🥀⛓Aunque no era la primera vez que rompía en llanto en público o con otros mismos compañeros, lo era con otra persona que desconocía esa parte de él.
Cuando se sintió por fin calmado, fue ayudado en tratar sus heridas, se sentía como un niño pequeño, quien era auxiliado por su madre, quejándose de vez en cuando por el ardor que le provocaba el alcohol, miraba como los algodones que eran desechados aun eran pintados con su sangre.
—Debo verme como alguien patético— le sonrió apenado mientras el contrario aguardaba el material que utilizó.
—Pues si y no— lo miró, tratando de analizarlo —Pero creo que esa golpiza tuvo sus motivos— ante eso Luz agachó su cabeza a modo de vergüenza —No era para menospreciarte— le levantó el rostro y lo miró fijamente a los ojos —Sino para ayudarte, no me gustaría verte otra vez así, eres muy lindo para tener esos golpes— sus ojos lo miraron con asombro y quizás algo más.
Pasó saliva, sus labios temblaron un poco, estaba dispuesto a confesar lo que había ocurrido así como su humilde trabajo, pero un delgado dedo calló su voluntad.
—No te estoy presionando, es tarde, así que por qué no vamos a dormir, descansamos y mañana tranquilamente me cuentas lo que tienes que decirme— su rostro se había acercado peligrosamente a él, y con sus mejillas levemente sonrojadas, asintió, pero se quedó un momento más en el baño, mirando su reflejo, no sabía que opinar sobre él en esos momentos.
Cuando llegó a su habitación, se detuvo ante la sorpresa de ver un bulto en su cama, lo vio reincorporarse en ella —¿No vas a venir?— palmeó el lado vacío.
—Creí que... estabas en tu habitación.
—Si, pero pensé que necesitarías un apoyo emocional por esta noche, no pienses mal, era lo que mi hermano hacía cuando me metía en problemas, así que te aseguro que funciona— dejándose convencer fue directo a su cama, quizás esa noche no podría escribir en su cuaderno, pero lo haría en otro momento.
Al momento de acostarse, fue envuelto en sus brazos, se sobresaltó por ese acercamiento causando que el albino riera por su cometido. —No te asustes Luz, no voy a hacerte daño— le susurró al oído causando un extraño sentimiento recorrerle por el cuerpo —Solo relájate— lo acarició un poco, causando que su cuerpo se fuera relajando, y sintiendo el cansancio de esa noche —Podrías cantar algo para dormir— y con una sonrisa le tarareo una canción de cuna, causando que poco a poco ambos se fueran durmiendo.
Al despertar, se encontró que se había movido, ahora él era quien sujetaba a su inquilino como si fuera un peluche, pero esa sensación era demasiado agradable, incluso agradeció internamente el poder oler de cerca el aroma del chico, cerró sus ojos una vez más y lo acercó más a él, aunque para su mala suerte, una voz hizo terminar con esa escena.
—Me estas apretando— en aquella frase se escuchaba su voz adormilada.
—Lo siento— se separó de él apenado, reincorporandose en la cama, apreciaba la apariencia de su inquilino, sus cabellos desordenados, sus ojos tratando de acostumbrarse a la luz de un nuevo día, aquella imagen la atesoraría por el resto de su vida, hasta que de nuevo una voz lo trajo a la realidad.
—¿Qué hora es?— se talló los ojos y miró el reloj digital que había en la habitación —Vamos a desayunar, es momento de qué me cuentes lo que pasó anoche— lo miró de una manera seria, a lo que él asintió.
El desayuno fue silencioso, y al final de éste, le contó aquel suceso.
—Así que solo tienes dos opciones— le asintió a modo de respuesta, él otro suspiró pensando que decirle —Soy solo un estudiante, lo que tengo es lo necesario para sobrevivir, así que juntar esa cantidad sería difícil para mí— lo miró apenado por no serle útil.
—No te preocupes, no iba a pedirte dinero, ni subirte la renta o algo por el estilo— no deseaba qué pensara que se aprovecharía por esa situación, buscaría tal vez un trabajo lo suficientemente bueno para que juntar ese dinero.
—Pero hay otra solución— Luz lo miró sin entender a lo que se refería —La otra opción que nos queda— el rostro del chico comenzó a tornarse rojo pues no esperaba eso.
—Yo no... ¡No podría!— negó varias veces con la cabeza.
—Oye tranquilo— lo calmó con solo atrapar su mano con la suya. —Se el porqué no puedes— lo miró a los ojos tratando de ver su alma y sus secretos, y al fin que lo sabia sonrió como aquel gato Cheshire —Eres virgen aún— fueron solo esas tres palabras que lo mantenieron mudo por un largo tiempo.
No supo cómo llegaron a su habitación, pero ahí estaban ambos devorando sus bocas como si no hubiera un mañana, y poco a poco sus prendas comenzaban a ser menos.
Según las palabras del albino solo debía practicar, fue justo en ese momento en que se acercó a él para besarle unos instante en los labios y sin protestar o reclamar por el atrevimiento de su inquilino, le aceptó el gesto, y tímidamente le correspondió, y ahora, los dos desnudos compartían caricias, fluidos y gemidos sin pudor, no se entendía él mismo, pero escucharlo ante cada acción suya lo volvía loco.
No sabía cómo describirse en esos momentos, se sentía ligero, feliz y extrañamente, se había olvidado de los golpes por ese lapso de tiempo y podía jurar que ya no dolían más, miró a su acompañante en la cama con los cabellos alborotados y aun las mejillas enrojecidas.
—Te gusta siempre verme— abrió sus ojos que momentos antes estaban cerrados.
—Sí— sin temor confesó —Mafumafu, ¿qué somos?— se giró hacía él atento a su respuesta y su corazón se oprimió al ver como el pensaba y jugaba con un mechón de su cabello.
—Vaya, y yo creí que ya sabías— se estiró para besar sus labios y ante ese gesto, Luz continuó con el resto.
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Solo Una Ilusión
FanficMe pregunto si esto es suficiente para ti 𓊆 Capítulos de ±1000 palabras aproximadamente𓊇