WELCOME HOME, AGAIN. [FOOLIGETTA]

14. Remover gracia

Narrador omnisciente:

[Momento en donde en simultáneo, ha iniciado apenas el día en la isla]
﹏

Dos dagas en un mortal; una en su carne material y otra atravesando su inmaterialidad. Rubius le explicó detalle a detalle de lo que intentaría hacer aunque habían "cositas" a tomar en cuenta.

Número uno, la divinidad no tiene control absoluto del uso de dos dagas en un mismo mortal. Eso da paso al número dos, Rubius podría mover la daga incorrecta y por consecuente generar heridas que jamás podría llegar a sanar si lograse a volver a su cuerpo material. Y número tres, por más que estuviese haciendo todo excelente, Vegetta quizás no pueda aguantarlo y termine por desvanecerse.

Todo indicaba muerte y él estaba tan tranquilo con ello. ¡Por favor! ¡No quería inclinarse ante compasión! Morir hubiese muerto de todas formas. Muerto, muertísimo, desterrado de la tierra, exhiliado de sus propias carnes y con sus recuerdos presentes por tiempo probablemente definido... así estaba. Seguro su cuerpo ya se había podrido y había sido el aperitivo de cientos de carnívoros que agradecieron su infortunio. Basta de pensar en lo que pudo ser, necesitaba pensar en lo que ahora puede hacer antes de permanecer en vigilia por el resto de la eternidad al lado de los fanfarrones cadáveres luminiscentes de cientos de estrellas.

La sonrisa habitó con fiereza sobre su rostro al sentirse en el clímax del ardor. La mirada de la divinidad se mantenía seria mientras trabajaba con determinación. Un favor, un trato, no supo qué fue lo que selló pero lo hizo. Cruzó límites que Staxx aconsejó que no pasase debido a la tirana y doblecara naturaleza de esos seres.

Un enlace mortal-divino, un último recuerdo del linaje que estaba a punto de quebrarse y de las memorias que estaban peleando por no irse.

Comiéndose cada uno de sus gritos y lastimando su inmaterialidad, su alma rogaba por esa clemencia que él jamás estaría dispuesto a dialogar.

—Voy por los niños y luego tú y yo seguiremos, descansa.

. . .

[Presente]
﹏

—Leo, calm down. Since you arrived you've been very excited moving things around. Also, you still haven't explained to me how you got back, are you actually a zombie or something?.

"Do I look like a zombie? Of course not. It's me, pa! :c".

Leyendo el cartel con detenimiento, Foolish negó sin creerlo aún mientras iba a atender el molesto teléfono que arrancó a sonar.

—BOBBY IS ALIVE, THE KIDS-

—I know, Roier. Leo is here. I don't understand, ¿why...?.

—What does it matter, they're back! This is something to celebrate first thing in the morning!.

—Roier, I don't want to sound like a jerk, but don't you think there's something weird going on here? First Vegetta stabs himself with a divine dagger that appears out of nowhere, then the kids appear, also out of nowhere... Not the best time for parties, put Cellbit on, I need to talk to him.— Observando de reojo cómo su pequeña con gorra perseguía a Karim, éste recostó su peso sobre la encimera y pasó su izquierda por todo su rostro.

Algo definitivamente no estaba bien ni aquí, ni en el lugar de donde regresaron sus pequeños.

Foolish no podía tener la mente tranquila, ¡los muertos no regresan a la vida! ¡Los muertos debían quedarse en su sitio, siempre es así! Por más doloroso que sonase.

Sin tener respuestas y escuchando en su lugar cómo Roier parecía más dispuesto a hacer la lista de elementos para la fiesta que poner los pies en la tierra por un momento, Foolish colgó y se endezó, dejando el móvil en la mesa antes de tomar a Leonarda por su camiseta y alzarla por los huecos debajo de sus hombros, serio.