Calíope Snape

El diario.

La navidad ya había pasado, y todos los que se habían ido ya habían vuelto de sus vacaciones. Hermione estuvo en la enfermería por semanas. Ron y Harry la visitaban todas las noches, mientras Calí solía hablar con ella en las horas que se supone debería estar en defensas contra las artes oscuras. 

Esto era mejor para ella. 

- Gracias - Susurro una tarde Hermione a la joven - Por no decirle a nadie. 

- Mmm... Está bien - respondió con una sonrisa - Pero no me quedaré callada si le vuelves a robar algo a mi padre - Dijo divertida, causando un sonrojo en Granger. - Espero que mejores pronto, de seguro debes estar aburrida sin clases. 

Calíope dejó sola a la castaña, llevaba ya unas semanas con el diario en sus pertenencias. Al principio de verdad ni se molestó en abrirlo. Pero los días pasaron y en vez de sacar el cuaderno que le habían regalado en navidad sacó ese. 

Eran extrañamente demasiado iguales. 

La pluma quedo a centímetros de la hoja, se había dado cuenta de su error, pero cuando había decidido guardarla de nuevo Milo llego y una gota manchó la hoja. 

- Mierda - susurro la joven en español.

- ¿Qué significa lo que dijiste? - Dijo feliz a su lado Milo - Bueno no importa ¿Cuánto te queda en nuestra casa?

- ¿Por qué?

- Me sentiré muy solo cuando te vayas.

- Nos seguiremos viendo. 

- No será lo mismo - el joven vio la hoja del diario con curiosidad - ¿Ahí no había una gota?

- No sé de lo que hablas - Calíope cerró con fuerza el diario y miró a su amigo - ¿Hiciste todas tus tareas?

- Sip - Sonrió Feliz.

- ¿Estudiaste?

- Sip... Hice todo lo que está en nuestra gran lista, así que ya podemos salir. Creo que Alexander nos está esperando. 

- Bien ¿Viste a Luna?

- Llegará a nuestro encuentro, Ginny también, se le ve algo más feliz que hace unas semanas - "Que perceptivo" Pensó la joven a su lado. - Aunque aún parece algo preocupada. 

- Creo que muchos están preocupados por los ataques - Acotó la pelinegra - ¿Por qué nos juntaremos todos?

-  Vamos a repartir las ganancias nuevamente - Milo saludo a Alexander con la mano - No sé cual es tú plan, pero quieres que todos tengan espejos así qué... supongo que será por algo. 

- No es un plan. 

- No intentes engañarme...

- Hola - Saludo tiernamente Luna.

De ahí empezaron a hablar de cosas sin sentido, se repartieron lo ganado y Ginny y Luna se fueron, dejando a los tres solos nuevamente. 

- ¿En qué piensas tanto? - Preguntó Alexander a la niña a su lado.

- No mucho. 

- ¿Estás preocupada por Hermione? - Preguntó Milo, mientras sacaba algo para comer. 

- Ella está bien... - Contestó bajo - ¿Por qué tantas preguntas?

- Por nada... - El rubio terminó de comer y vio a los demás con una sonrisa - Deberíamos ir al gran comedor, se hace tarde.