Te echo de menos como el aliento al suspiro, Ese que siempre al exhalar solo resopla un "por qué te has ido", Te extraño tanto como el recuerdo al olvido, Es por eso que aún conservó tus fotos para sentirme vivo.
Y quizá es que aquello poco a poco me mate, Pero que más da morir si tu indiferencia es la soga que hace que a mi cuello se ate, ¿Y qué más da si eso pasa?, si apenas muerto iría al más allá a buscarte, A decirte que cumplieras tu promesa de conmigo quedarte.
Es por eso que estoy en ese dilema sin salida, Es como intentar cruzar con los ojos cerrados una avenida, Porque aun a pesar del impacto que esto me conllevaría, Al reaccionar aún estaría consiente que no me equivoqué de amor, solo de vida.
Es entonces que pienso, ¿el amor de mi vida, pero no de esta?, Tantas largas preguntas para tan corto tiempo de respuesta, "Qué carga tan grande es el tiempo" ella decía siempre con firmeza, Es por eso que llevo nuestro recuerdo en un reloj del bolsillo, así a ninguno de los dos nos pesa.
Echo de menos el escuchar tú labios vocalizando, Aunque siempre al oír tu música pareciera que te estoy oyendo, Aunque no seas tú que las notas este cantando, En mi memoria aún guardo el recuerdo de tu voz entonando.
Tu amor se volvió como un regalo que se congeló en el tiempo, Puesto que solo supe valorarlo en el presente, No sé por qué me regalarías de ti lo más preciado aquel momento, Sin siquiera ser fechas de diciembre.
Pero aún sigo remando hacia ti como náufrago perseverante, En mares dónde hasta en mis delirios te veo frente a frente, ¿Cómo quieres que recorra este río tan distante?, Si jamás aprendí a nadar contra corriente.
Es tan raro que aun siendo solo dos extraños nos extrañemos, Quizá ese se volverá nuestro presente donde solo nos añoremos Ya no sé cómo esto me suma o me resta al menos, Solo sé que echo de menos, no echarte tanto de menos.
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