La estación del desastre.

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Muchos dicen que comienzas a vivir el día en el momento que naces,
pero contrario a lo que muchos piensan, comienzas tu vida cuando tienes raciocinio de la misma. Aunque personalmente hablando, comencé mi viveza al mismo tiempo que moría en carne y hueso. Hoy revivo en mi diario todas esas veces de mi mortal sufrimiento y tormentoso disparate mental. Ahora que lo releo, nuevamente confirmó que no hay peor infierno, que el que uno propio hace arder en si mismo.

Me di a luz aquel día donde un vendaval azotaba la puerta,
Lograba resoplar hasta las ventanas de mí alma muerta,
Escuchaba como crujía la madera en mi hueco ser con falta de endorfinas,
A la vez ese viento se llevó mi felicidad como techos de láminas.

Sabía que ya venía la época del naranja otoño,
Esa época dónde la naturaleza quema cada retoño,
Así fue cuando apenas mi alma florecía vino el daño,
El estrés en mi cabeza hizo que cayera cabello como caen las hojas cada año.

Luego cuando por fin todo cambiaba llegó el invierno,
Era la primera vez que experimentaba que también nieva en el infierno,
A pesar de aquella heladez mi tez no podía sentir más frío,
Sentí como hasta mi sollozó se congelaba cual río.

Ahora el desastre estaba en mi propia casa,
Hablo en primera persona por si no entendiste la causa,
Incluso la tubería se rompía como al igual caía lo poco de mi ímpetu,
Irónicamente tan cerca de navidad y yo tan lejos de mi espíritu.

En el momento que hasta el más mínimo rincón se descongelo,
Una tormenta hacia mi día se llego y de la nada terror causaba,
Ahora si me ahogaba de verdad y no en un vaso como pensaba,
La salvación sería que me parta un rayo para que el voltaje me reviva del desconsuelo.

Llegó la primavera y me resigné a que pasara algo más remoto,
Todo florece y resurge haciéndome sentir como perezco sin fruto,
También es la época dónde mas sacudidas tiene el mundo y eso lo noto,
Aunque sigo intentando hablar de tranquilidad cuando nací a mitad de un terremoto.

Esta estación es la que más provoca alérgias en mi ser,
Y no hablo solo de gripe si no el repudio que la sociedad puede ejercer,
Juzgar sin conocer es el prejuicio que llevo viviendo durante años al parecer,
Aunque mi inestabilidad sea como el calentamiento global,nunca va desaparecer.

Ya hemos llegado al tan anhelado verano con su calor de infierno,
Y ni aún así sentí algo de calor en mi mente de averno,
Aúnque ardo por dentro y este dolor sigue en crecimiento,
No sé compara a la lava del recuerdo quemando mi yo interno.

Como lograba recordar ni yo mismo pude salvarme,
Es como querer meter las manos cuando he vivido a gatas,
Así como un desastre natural arrasando pueblos y masas,
A su vez la ansiedad arrollo por estaciones cada pasajero que intento ayudarme.

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