Disparos en la mente.

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Pido una y otra vez a la mente que pare,
Pero parece que solo le doy pólvora para que dispare,
Solía decir que viviré de pie y no moriré de rodillas,
Pero a este punto mí cuerpo esta desollado tirado en alguna orilla.

No todo lo que veo reluciendo brilla,
La última vez resultó ser plata con casquillo,
Ya no rio ni cuando yo mismo me hago cosquillas,
Quizá mi libertad se encuentra liberando el gatillo.

Pero la tregua en este punto ya no me basta,
Quiero huir hacia el bosque pero algo me arrastra,
Es el cazador que quiere en su repisa mis astas,
Y descubro que soy yo mismo disparandome hasta que la mano se cansa.

No hay peor tormento que la tormenta propia,
¿Recuerdas cuando quisiste ser positivo y ver la boreal aureola?,
Pero ese día feliz es una impresión que no se copia,
Ahora llueven balas de nube en forma de pistola.

Y quizá mi error es querer saborear la victoria,
Ya que en tantos años de vida no he probado la gloria,
Pero los recuerdos son proyectiles que rebotan,
Porque el ser prefiere seguir muriendo en esta vida, a aceptar la derrota.

Mí mala suerte me hace sentir la mente como Nagazaki,
Y juro que explotó de ira convirtiendo mis noches en catarsis,
Estoy en mi habitación llorando para que la ansiedad se vaya,
Pero aún tengo una bala en la recamara por si todo falla.

El rincón de las musas. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora