El rincón de las musas.

De cara a la muerte.

-Hola, ¿cómo estás?, te saludo a casi una milla,
Por favor, no es momento, dime que es una pesadilla,
-Soy tan real como tu tumor por las costillas,
¿Cómo llegaste tan rápido?, ahora me tienes contra la orilla.

Sé que eres inminente, tal y como dices,
Con esta enfermedad quitaste el color y los matices,
Pero dime, ¿por qué solo yo tengo mi tez en grises?
Y me dejaste pálidas hasta mis cicatrices.

Es que mi muerte se me hace tan injusta,
Pero a tusilueta ninguna talla se ajusta,
No me das otra oportunidad y eso me frustra,
Pero quien me apuñaló con una sonrisa su acto disfruta.

Que imparcial puedes ser en ocasiones,
Gente por dinero tiene tu imagen en rincones,
Sin que te pese la mano harás presencia en las habitaciones,
Y les cobraras cada centavo si te lo propones.

Te burlas con cinismo y menos no me esperaba en sí,
¿Por qué tardas tanto?, no sé que haces aquí,
Siento tu mirada helada, ¿hoy vienes más fría o es que nadie te aguanta?
Chiste tan malo que te ríes mientras aprietas mi garganta.

Encendí el noticiero por la mañana y en serio el tiempo vuela,
Así como ese avión en Siria que en pedazos vuelas,
Y no lo tomes a mal con la vida no se juega,
Pero la muerte no se mide ni en normas ni reglas.

Y si sigues ese rumbo saluda a los del otro lado,
Familia, amigos que tanto sufrieron por lo pasado,
Pero en el pasado aún estuvieran conmigo acostados,
Pero ahora por ti acostados están en un ataúd enterrado.

Aunque yo digo que hay sus justificadas excepciones,
Como la niña que sonrió y sé salvo por motivaciones,
Pero en otras te vi con tus negras intenciones,
Como los masones que pactan contigo para salvar sus pantalones.

Por lo visto con ofrenda sí te conviene,
Entonces, ¿Qué le ha sucedido a quien a la vida se aferró y despojó de sus bienes?,
Llegas corriendo y hasta por su alma vienes,
Y sin bienestar se quedó, porque ahora entre tú oz lo tienes.

¡Llevándote a inocentes así te diviertes!,
Claro tú no sientes nada, eres un ser inerte,
Se que así ha sido siempre, siendo en el ciclo del ser alguien inherente,
Pero aparentemente yo ya no te temo y eso es más que evidente.

Tú no sientes todo lo que le pasa a millones,
Casos injustos de homicidios y desapariciones,
Veo tu crueldad en la pistola del suicida sin salvaciones,
Donde su única salvación es estar frente a tu túnica, ya que tú no tienes pantalones.

Gente ingenua e ilusa cree hay algo después de verte,
Un enigma que acompañará a la sociedad siempre,
Como detesto que alimentes la fe del creyente,
Cuando al sin creencia lo masticas con los dientes.

¿Qué te parece si te pongo en mis zapatos?,
Te meto un tumor pulmonar y después de tanto te maltrato,
Aún falta más, he amputado tus piernas, pero aún no te mató,
¿Disfrutas eso en los demás?, es hora de la eutanasia quizá te consuele un rato.

Ahora yo soy el que te amenazó,
Deseo que sientas como con mis manos soy yo él te amordazo,
Y mientras tus huesos despedazo, beberé tu sinovial en un vaso,
Para que veas que se siente ser un postre servido en plato.

Pero sé que de ti ya no hay escapatoria,
Llévame a donde sea menos a la victoria,
La derrota te la doy y que quede en tu memoria,
El primer hombre en plantearle cara a lo que no hay escapatoria.