El precio más caro, pt. 1.

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¿Que sabrás de la traición como acto bien hecho?,
Si la mano con la que alguna vez se te estrechó,
Es la misma que ahora se te niega darte,
Sentí en mí dorso tú beso como el de Iscariote.

Y ese solo fue el inicio de mi condena,
Pues mi delito fue creerle a mentiras llenas,
La verdad es que te abrí mí casa y comiste sin pena,
Pero quien diría que el traidor estaba en mí templo como en última cena.

Después me sentí desepcionado pues de mí hablabas a mudas,
Me pusiste un precio y no veniste a prestar ayuda,
Que más da, si las mentiras se comen por verdad en tiempos de hambruna,
Él ladrón queda más exhibido que el vendido como Judas.

A fin de cuentas lo esperaba algún día,
Pensé que eras bueno y que cambiarías,
Más mí premonición me aviso que esto pasaría,
Fuiste más hipócrita que los judíos con el mesías.

Claro, ahora me sentencias delante de mí gente,
Me juzgaron de loco por creerle al que mentalmente carecía de salud,
No puedo hacer nada a quien mi palabra no se siente creyente,
Pero cada clavo en mis palmas serán los de tú ataúd.

El dolor más allá del físico es inimaginable,
Lo real es que lo ficticio siempre es superable,
Mis ojos derramaban por alevosía del hombre con maldad por hambre,
Pero cada gota de mis lagrimales será una de tú sangre.

Mis lágrimas bien pudieron llenar un río por el llanto,
Ojalá estas se evaporen y llueva ácido hasta ahogarse,
Que el grito de mi retina fertilice la tierra y el asfalto,
Ojalá retoñe algún árbol para que como el desleal, termine ahorcandose.

No lo digo yo, pero en verdad que lastima das,
Lastima su forma barata de ser, pero un quilataje me pondrá,
Aunque no me diste la espalda por monedas,
Me demostraste lo que es ser doble cara.

Vaya negocio hiciste al ponerme en quiebra, socio,
Como no burlarme si tú vida era tan aburrida que te sobraba el ocio,
Una muerte concurrida sería más divertida para alguien que mí vida torció,
Recuerda querido innombrable que en este caso yo no negocio.

Tiendes a decir que tienes al mundo en contra,
Cuando estas tú en contra del mundo,
Gracias a ti ya no confío ni en mí sombra,
Te agradezco por enseñarme que la luz no siempre la oscuridad lustra.

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