I

492 15 2
                                    

•DESPUÉS DE TODO UN DÍA AGOTADOR, LLENO DE RABIA HACIA SU PADRE Y MAL DIA EN SU COLEGIO, UNA CHICA LLEGO AL INFIERNO PROPIO

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

DESPUÉS DE TODO UN DÍA AGOTADOR, LLENO DE RABIA HACIA SU PADRE Y MAL DIA EN SU COLEGIO, UNA CHICA LLEGO AL INFIERNO PROPIO.

- padre, llegue! - anuncio una chica llegando a su casa, con cabello largo color negro, tenia ondas no muy pronunciadas y con flequillo notable.

- hija, ven, tengo la cena lista - llamo el padre con ganas de solucionar las cosas con su hija. Esta; extrañada, salió de su habitacion aun con el uniforme de su colegio puesto, dudando de su propio padre.

- oye padre ¿me podrías dar un poco de dinero? - pregunto con miedo mientras se sentaba en el piso, su padre; un empresario importante ganaba bastante dinero pero cada vez que ella le pedia se ponía furioso, la razón no se sabe - es para materiales del colegio - aclaro la chica temblorosa, comiendo un pedazo de carne con arroz.

- claro hija, es para el colegio, no me puedo negar - acepto sin mucho problema la petición de su hija. La chica lo miro sorprendida y extrañada a la acción de su padre - ¿quieres un poco de jugo hija? - ofreció parándose del suelo, pues estaban comiendo en una mesa pequeña.

- oh, bueno - alegre pero también con miedo acepto el acto de bondad de su padre. Este se demoró en servirle aquel jugo de durazno.

- Toma hija - hablo el padre estirando su brazo con el vaso en mano hacia su hija, esta lo agarro con ambas manos agradeciéndole a su padre. Comenzó a tomarse el jugo lentamente hasta casi tomarlo todo.

- oye padre - paro sin decir mas, comenzó a sentirse mareada, con dolor de estomago y cabeza. Esta callo rendida al suelo, aunque intentaba aguantar aquel dolor, luego se empezó a quedar sin aire - ¡que.. que me dis..te! - pregunto sin aguantar más.

- te he dicho que no debes confiar en las personas, ni si quiera en tu propio padre - comento hacia su hija parándose al lado de ella, no le tenía compasión - adiós, hijita - despidió para irse de la casa.

En ese momento Boo Hae-won se estaba quedando inconsciente, pensaba en su madre la cual murió en parto, se culpaba por su muerte a si que no tenía problemas en morir; sin embargo también quería hacer muchas cosas antes de morir y eso era lo que la puso a llorar antes de quedar casi inconsciente. En su último intento de no quedarse dormida vio una luz brillante que desapareció al tocarla, sintió un frio enorme y como sus dolores iban disminuyendo muy brevemente después de vomitar. Se levanto del piso extrañada y con el pelo mucho más ondulado a como lo tenía naturalmente, intento caminar aun que seguí algo mareada asi que dejo de intentar y aparte había escuchado una voz que no conocia.

- ¡¿Quien eres?! - pregunto exaltada, mirando para todas partes, buscando a aquella persona con la voz que habia escuchado - ¿donde estas? - pregunto nuevamente a la voz en su cabeza.

- soy Min-Hi y estoy en ti - respondio tranquila, como si fuese algo de dia a dia - ahora Haewon, me haces el favor de colocar tu mano en tu pecho, cerrar los ojos y contar hasta tres?- pregunto Min-Hi; aquella voz en su cabeza.

A la casa de espíritus malignosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora