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Aunque la plática con su amado había sido de gran ayuda para sentirse mejor, NamJoon no pudo evitar seguirse frustrando al realizar el pedido enviado por su padre

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Aunque la plática con su amado había sido de gran ayuda para sentirse mejor, NamJoon no pudo evitar seguirse frustrando al realizar el pedido enviado por su padre. Esto no le molestaría tanto si este tipo de situaciones cambiara el orden con el que harían los trabajos.

Trabajar con plantas, si bien puede hasta ser terapéutico, también necesita mucha constancia y compromiso ya que no es fácil mantener plantas vivas, ahora esto sumarle la presión de entregarlas a tiempo a compañías que apenas le darían un cuidado decente.

Tal vez por eso NamJoon rechazó ser el que heredara el negocio familiar, aún cuando amaba mucho la botánica, y quedarse al mando de un pequeño puesto perdido en medio de la gran Seúl. Pero eso no pareció cambiar nada, porque esos clientes nuevos que aparecían a cada rato no eran "comunes" sino de las listas de prioridad que siempre respondían con un "Tú papá no mentía con que eres el indicado para la compañía, nos seguiremos viendo en el futuro", ojalá supieran cuanta frustración dan esas palabras cada vez que se las mencionan.

—¿Estas bien, hyung? —TaeHyun estaba a su lado.

—Sí, solo pensaba en cosas que habría que comprar.

Poco convencido, el rubio asintió y se dirigió a su escritorio sin perder de vista al castaño. Tal vez si estaba pensando en eso, solo le extrañó el bastante tiempo que se mantuvo así; fueron varios minutos.

—BeomGyu hyung me dijo que el pedido estará casi listo para hoy, un poco de tiempo mañana y se podrán despachar.

NamJoon asintió, con una leve sonrisa— Sí, iré a plantar para reponer lo que se acaba de ir ¿Y Jin hyung?

—Con BeomGyu hyung ayudando a llevar las macetas pesadas.

Se asomó a la bodega y sonrió al ver como los dos levantaban estás mientras buscaban indicarse el uno al otro: era mucha que no soltaran alguna. Cuando el rubio lo dejó solo, se tomó la libertad de mirar a su alrededor, este lugar comenzó como un pequeño sueño que siempre deseó, al inicio sintió que se había cumplido, pero con el tiempo comenzó a darse cuenta que es una ilusión que su padre le ha dado para mantenerlo cerca.

Un cielo de varios colores los cubría cuando todos se despidieron y se dirigieron a sus respectivas casas. Aún en la burbuja llena de melancolía y deseo, sus pies lo dirigieron hasta el local que ha atrapado su mente desde que lo vió. Este mantenía sus luces encendidas, las vitrinas lo dejaban ver el interior y dejaban que su mente jugara en dónde colocarla cada planta, desde las más pequeñas hasta las más grandes, un espejismo que mostraba como trabajarian los cuatro en el lugar. NamJoon sonrió, el cartel de afuera ya no ocultaba el logo de la empresa de su padre, Little Home era suyo y de quienes trabajaban en este.

Su ilusión fue interrumpida por el sonido de un trueno, miró el cielo y se dió cuenta de que pronto lloverá. Comenzó a alejarse de su sueño para evitar mojarse, ya sea por la lluvia del cielo o la de sus ojos. Ni bien había un poco, su teléfono comenzó a sonar, un suspiro salió cuando vió que era su padre.

Growing Slowly 🌱 JinNamDonde viven las historias. Descúbrelo ahora