En la gran Seúl tener un lugar seguro se podría decir que es una misión imposible, el solo pensar encontrar un lugar dónde tus poblemas e inquietudes desaparezcan suena como un lejana fantasía.
O eso creía hasta que un día preguntó ¿Cuanto tarda en...
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Una vez estuvieron fuera del lugar, NamJoon puso su atención en el mayor quién en su mente se debatía a dónde llevar al menor. Honestamente SeokJin solo actuó sin pensar en los detalles antes— ¿Quieres ir por un helado? —preguntó—, conozco un buen lugar a unas calles de distancia.
NamJoon asintió sin dudarlo. Ambos comenzaron a caminar siendo dirigidos por el mayor, al parecer el lugar no queda tan lejos por lo que irían caminando. El día estaba nublado con amenaza de lluvia, no es el clima más amado, pero para ambos chicos, el día parecía estar de lo mejor en ese momento juntos.
—¿Cuál es tu sabor de helado favorito, hyung? —rompió el cómodo silencio el menor.
SeokJin lo pensó por unos segundos- Diría que vainilla con caramelo, no pido muchos sabores diferentes ¿Y el tuyo?
—Chispas con crema ¿Lo has probado? —ante la negativa del mayor, Nam sigue— te daré un poco del mío, hay que llevarle uno a BeomGyu también o puede hacernos un berrinche.
Unos minutos más y ambos se encontraban entrando a la heladería, los colores suaves en las paredes y el lugar decorado con grandes helados falsos hacían verlo como el paraíso de los niños y de los amantes de este postre. SeokJin se acercó a la barra a pedir las órdenes de ambos y la extra de BeomGyu.
Mientras hacía esto, NamJoon lo miró detenidamente, buscando algún indicio de malestar en el mayor. Este tenía una suave sonrisa en su rostro y ni un rastro de dolor, puede ser que la cosa que lo estresa no esté en estas calles por lo que su plan parece que no tendrá éxito alguno. Tampoco es que quiere ver al mayor mal honestamente, por lo que al menos se sentía tranquilo con ese detalle.
Los helados en sus contenedores no tardaron en ser entregados, a SeokJin le gustaba comer una gran cantidad cuando podía, así que compró la misma cantidad para los menores. Una vez terminó de pagar, volvieron a dirigirse a la salida.
SeokJin detuvo su andar al notar el gran tráfico afuera, en solo unos dos minutos la calle se llenó de autos que de seguro callados no estaban. "El tráfico de Seúl es malévolo" pensó.
NamJoon abrió la puerta del local y al notar que el mayor no se movía lo llamó— Hyung —este lo miró. El menor se acercó y tomó la mano libre de este— vamos, la tienda nos espera.
Una suave sonrisa se asomó en el rostro de SeokJin, olvidó su concentración en el tráfico y su infernal sonido, recordó el porqué estaba ahí y salió junto a NamJoon con su mente concentrada en disfrutar el momento.
—Deben ser autos fantasmas —susurró NamJoon, en serio esos autos aparecieron de la nada tan rápido. El mayor solo ríe y le muestra el contenido de la bolsa.
—¿Crees que es suficiente helado o muy poco?
Divertido, el castaño negó con la cabeza— Es más que suficiente hyung.
Ambos continúan su camino, esquivando los autos cuando cruzan una calle. Iban por mitad de camino por fin y los autos comenzaban a disminuir. En un momento SeokJin siente un jalón en su mano, voltea y recuerda que desde la tienda han mantenido sus manos unidas, también se encuentra con NamJoon viendo un local vacío por el que estaban pasando.
