─𝑋𝑉𝐼𝐼𝐼─

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𝐸𝑛 𝑒𝑙 𝑐𝑎𝑝𝑖́𝑡𝑢𝑙𝑜 𝑎𝑛𝑡𝑒𝑟𝑖𝑜𝑟

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𝐸𝑛 𝑒𝑙 𝑐𝑎𝑝𝑖́𝑡𝑢𝑙𝑜 𝑎𝑛𝑡𝑒𝑟𝑖𝑜𝑟...

“—Estoy bien. —Leon no podía permitir que Ashley observara ese tipo de interacciones entre ellos. Debía comportarse de manera profesional mientras Ashley estuviera con ellos.”

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Leon utilizó la llave que había conseguido para abrir la puerta, y avanzaron hacia una habitación donde se enfrentaron a un puzzle de espadas que necesitaba resolución. En menos de cinco minutos, Athina ya había descifrado el enigma, pero Ashley notaba algo extraño en ella. Athina estaba más callada de lo habitual, sus ojos no parecían enfocados y Leon también se veía inusualmente serio. No intercambiaban palabras entre ellos.

Cuando Athina completó el puzzle, la puerta se abrió, y avanzaron hacia el salón de Audiencias, ahora en el segundo piso, donde se encontraron con otro rompecabezas.

Tenían que descubrir cómo llegar al otro lado del segundo piso, y Leon saltó por el candelabro, lo que asustó a Ashley.

—¡Leon! ¿Qué estás haciendo? —preguntó Ashley con alarma.

—¡Ni siquiera pienses en hacerlo tú sola! —advirtió Leon mientras llegaba al otro lado sin dificultad.

¿Yo? ¡Para nada! —respondió Ashley.

Athina, por su parte, se quedó junto a Ashley con los brazos cruzados. Solo podían esperar a que Leon encontrara la manera de abrir la puerta. Finalmente, logró activar una parte de los mecanismos del puzzle y regresó saltando por el candelabro hacia donde estaban las chicas.

¡Leon! ¿¡Pero qué estás haciendo!? —Ashley no podía creer las acciones arriesgadas de Leon. —¿Saltar por los candelabros? ¿En serio?

Leon rodó los ojos y respondió con sarcasmo:

¿Quién eres tú, mi mamá?

Continuaron avanzando, ignorando las provocaciones de Ramón a través de las bocinas antiguas que comenzaron a sonar en el salón.

Saludos, señor Kennedy. —la voz de Ramón se escuchó nuevamente por todo el salón, ignorando a Athina, que estaba claramente irritada. —¿Estás listo para entregarnos a la chica?

Otra vez ese idiota. —Athina expresó su molestia.

Me tomé la molestia de preparar algo de entretenimiento para ustedes. —fue lo último que se escuchó desde los altavoces.

𝐀𝐏𝐇𝐑𝐎𝐃𝐈𝐓𝐄──────LEON S. KENNEDYᵕ̈ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora