𝐀𝐏𝐇𝐑𝐎𝐃𝐈𝐓𝐄︴"Soy una mujer que sabe
lo que quiere y como conseguirlo".
Athina Steele, esta mujer ha sido admirada y deseada por muchos, siendo el sueño de quienes la rodean. Es ampliamente considerada como el epítome d...
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𝐸𝑛 𝑒𝑙 𝑐𝑎𝑝𝑖́𝑡𝑢𝑙𝑜 𝑎𝑛𝑡𝑒𝑟𝑖𝑜𝑟...
“Finalmente, los dejaron entrar en el submarino de emergencia y pusieron rumbo a la distancia, dejando atrás la explosión del submarino Virginia.”
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sʜᴀɴɢʜᴀ́ɪ ʀᴇᴘᴜ́ʙʟɪᴄᴀ ᴘᴏᴘᴜʟᴀʀ ᴅᴇ ᴄʜɪɴᴀ
Los cuatro agentes finalmente llegaron a China, avanzando con cautela por las escaleras de un edificio antes de llegar a una misteriosa habitación, cuyos secretos aún debían desvelarse.
La actitud de Shen Mei y Jason generaba una creciente inquietud en Athina y León; no obstante, decidieron guardar sus sospechas para sí mismos, al menos por el momento.
Una vez dentro del apartamento, la atmósfera resultaba opresiva, como si hubiera sido abandonado en circunstancias enigmáticas. Al explorar los estantes y alacenas, descubrieron un arsenal clandestino de armas y municiones, junto con otros objetos ocultos. Sin demora, comenzaron a retirar cuidadosamente estos elementos y los dispusieron sobre una pequeña mesita.
Era evidente que Jason ansiaba mantener una conversación confidencial con León y Athina, razón por la cual los llamó hacia él. León, adoptando una actitud de máxima seriedad, se acomodó en un sillón, justo enfrente de Jason, mientras Athina se mantuvo en pie a su derecha, preparada para lo que pudiera venir a continuación.
—Bueno, llegamos a la costa. ¿Quieres informarnos? —hablo con seriedad Leon mientras miraba al pelirrojo. —Puedes empezar a decirnos qué quieres en realidad.
—O sea, mataste a una tripulación. —añadió Athina, su mirada no reflejaba más que disgusto y seriedad. —Debe ser una operación importante, ¿no?
Mientras permanecía en pie, Athina agudizó su percepción y advirtió el sutil movimiento de Shen Mei, quien, con una cautela apenas perceptible, se ocultaba detrás de la pared del pasillo, manifestando un inusitado interés en espiar y escuchar furtivamente la conversación en curso. Aquel gesto de curiosidad añadía un matiz intrigante a la situación, creando una atmósfera de tensión latente en la estancia.
—Si no vas a entrar a las instalaciones, ¿a qué viniste? —Leon seguía con su interrogatorio.
—Shen Mei y yo estamos en otra misión. Estamos buscando otra cosa. —empezó a explicar Jason.
—¿Qué cosa? —preguntó Athina.
—Evidencia que expondrá una conspiración del Gobierno de EE. UU. —dijo Jason.
