─𝑋𝑋𝑉𝐼𝐼─

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𝐸𝑛 𝑒𝑙 𝑐𝑎𝑝𝑖́𝑡𝑢𝑙𝑜 𝑎𝑛𝑡𝑒𝑟𝑖𝑜𝑟

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𝐸𝑛 𝑒𝑙 𝑐𝑎𝑝𝑖́𝑡𝑢𝑙𝑜 𝑎𝑛𝑡𝑒𝑟𝑖𝑜𝑟...

“Decidieron continuar explorando, conscientes de que necesitarían una tarjeta llave para acceder a donde se encontraba Ashley. Avanzaron con determinación por los pasillos, adentrándose en un oscuro y siniestro laboratorio que emanaba un ambiente lúgubre y aterrador.”

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El laboratorio se extendía ante ellos en la penumbra, una estancia opresiva llena de estantes cubiertos de instrumentos científicos antiguos y desconcertantes dispositivos de aspecto siniestro. Las paredes estaban salpicadas de manchas de humedad y una fina capa de polvo cubría todo, otorgando al lugar una sensación de abandono. Luces parpadeantes apenas iluminaban el lugar, creando sombras inquietantes que se retorcían y danzaban en las esquinas de la habitación.

Mientras avanzaban con cautela por el oscuro pasillo, Leon extendió su mano frente a Athina, deteniéndola en seco. La penumbra envolvía el entorno, pero sus sentidos agudos captaron algo inusual. Una criatura, alargada y de un tono grisáceo, se deslizó silenciosamente a través de una puerta cercana, como si su presencia pasara desapercibida ante sus ojos.

Un escalofrío recorrió sus espaldas al unísono cuando, poco después de la extraña aparición, resonaron en el aire cortos gruñidos, que parecían emerger de algún lugar cercano. Cada sonido de dolor que alcanzaba sus oídos tenía el poder de tensar aún más sus nervios, inyectando una creciente sensación de peligro en su ya intranquila travesía.

De manera súbita, los gruñidos que habían estado llenando el aire cesaron abruptamente, dejando a ambos agentes en un estado de incertidumbre palpable. Lan, quien se encontraba junto a Athina, compartió un último vistazo tenso a su entorno, sin poder evitar que sus pensamientos se llenaran de la preocupación de encontrarse cara a cara con esa misteriosa criatura. Cada paso que daban en el oscuro pasillo parecía estar cargado de una tensión palpable, mientras avanzaban con cautela, sin la certeza de lo que podían encontrar en cada rincón sombrío.

Sin embargo, la fortuna pareció sonreírles momentáneamente, ya que descubrieron que la energía necesaria para restaurar sus recursos estaba disponible de manera accesible en esta área. Esta revelación proporcionó un respiro momentáneo en su búsqueda, ofreciendo un atisbo de esperanza en medio de la incertidumbre que rodeaba su peligrosa travesía. Con renovada determinación, se dispusieron a seguir avanzando, dispuestos a enfrentar lo que fuera necesario para resolver el misterio que se cernía sobre ellos.

Finalmente, llegaron a una habitación particular en la que se albergaba la tan ansiada llave que requerían para avanzar. Sin embargo, la sorpresa fue que esta llave poseía solamente una insignia, lo que implicaba que aún quedaban otras piezas por descubrir y recolectar para desvelar el acceso completo que necesitaban. La incertidumbre aumentó ante este nuevo desafío, pero la determinación no los abandonó.

𝐀𝐏𝐇𝐑𝐎𝐃𝐈𝐓𝐄──────LEON S. KENNEDYᵕ̈ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora