Cuando te hayas ido...

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Atención ⚠️⛔️ Este capítulo contiene escenas eróticas con contenido sexual. Leer bajo su propia responsabilidad.

Los personajes no me pertenecen son creación del gran Akira Toriyama. La trama e historia si son idea original mía.

Cuando tú te hayas ido me envolverán las sombras, cuando tú te hayas ido, con mi dolor a solas. Evocaré ese idilio, de las azules horas. Cuando tú te hayas ido me envolverán las sombras.

En la penumbra vaga de la pequeña alcoba, donde una tibia tarde me acariciaste todo. Te buscarán mis brazos, te besará mi boca y aspiraré en el aire aquel olor a rosas. Cuando tú te hayas ido, me envolverán las sombras... — Sombras, Julio Jaramillo


El sol brillaba fuerte en el cielo. Era pasado mediodía, el calor se sentía intenso. Bulma suspiró mientras se secaba el sudor de la frente. 

— Por fin terminé el proyecto— Decía mientras se estiraba, a pesar de llevar su overol de trabajo, se sentía bastante acalambrada e incómoda pues había pasado demasiadas horas en una misma posición.

Recordó que el saiyan le había pedido la noche anterior que fuera a revisar algunos detalles de la cámara de gravedad. Si bien la nueva versión era más sofisticada y estaba integrada a la zona de los laboratorios, seguía requiriendo cierto mantenimiento especial que sólo ella y su padre eran capaces de dar de forma acertada y que cubriera las expectativas de su exigente marido.

Aprovechó que él no estaba para comenzar a arreglar los pequeños desperfectos. Estaba tan concentrada que no se dio cuenta a qué hora su esposo llegó al lugar.

—¡Ahhh Vegeta me asustaste! — Decía sonrojada pues realmente no esperaba hallarlo viéndola tan fijamente.

Vegeta había aprovechado que ella estaba distraída en su labor para admirarla con detenimiento, con tranquilidad. Para beberse con la mirada las magníficas formas femeninas y seductoras que su mujer poseía y que aún tras tantos años juntos no se cansaba de admirar y de adorar en la intimidad de su habitación.

Seguía siendo tan hosco como siempre y aunque hubiera logrado ser un poco más atento y detallista, todo eso era cuando estaban a solas, frente a los demás seguía siendo muy difícil demostrar sus sentimientos, o al menos eso era lo que él creía.

El resto lo dejaba ser, pues no había nadie de todos ellos que no supieran lo mucho que al saiyan le importaba la felicidad y seguridad de "Su Bulma".

Bulma estaba cohibida con la fuerte mirada de su marido sobre ella, se sabía aún hermosa, pero también era consciente de que la rosa de su juventud se había ido hacía varios años atrás, con su hija menor ya crecida de casi 8 años, sabía que la jovencita audaz que alguna vez fue quedó en el pasado.

Aún así su espíritu aventurero siempre estaba con ella, era hermosa y disfrutaba de su belleza madura. En un principio cuando la diferencia de edad en la piel
comenzó a notarse en ella más que en él, ella se cohibió bastante, pues Vegeta debido a la naturaleza de su raza, conservaba más tiempo la lozanía de su juventud. Sin embargo cuando intentó cubrirse más, o apagar las luces en la intimidad, él no se lo permitió. El saiyan le hizo ver que para él ella era tan hermosa y deseable como siempre.

Aprovechando que aún le quedaban algunos minutos de plática con él en lo que terminaba su labor, comentó — Estaba pensando Vegeta, los saiyajines como ya vimos tiene un proceso de envejecimiento mas lento que los humanos, y así como veo vivirás mas tiempo que yo— Jovial decía, para luego agregar —¿Que harás cuándo yo muera?— Preguntó curiosa, no porque pensara morir pronto pero ella intuía que su esposo sí le sobreviviría.  Tal como le había dicho, la raza saiyajin estaba hecha para la guerra, genéticamente eran más resistentes que los humanos.

Mil instantes junto a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora