Mil instantes junto a ti

Encuentros inesperados

Atención ⚠️⛔️ Este capítulo contiene escenas eróticas con contenido sexual. Leer bajo su propia responsabilidad.

Los personajes no me pertenecen son creación del gran Akira Toriyama. La trama e historia si son idea original mía.

"Ella es una mujer especial, como caída de otro planeta.

Ella es un laberinto carnal que te atrapa y no te enteras... — María, Ricky Martín"

Sabía que su esposo era un ser muy dedicado, y que tomaba su entrenamiento como algo sacro, jamás se tomaría la batalla a juego, y últimamente con el entrenamiento con Bills y Whiss se hallaba devotamente entregado al mismo.

Había sido paciente, en exceso pero conocía a su obtuso saiyajin y cuando se hallaba así de enfocado a entrenar no entendía las insinuantes indirectas que ella le lanzaba.

Harta hacerle ver las cosas sin tener éxito decidió poner manos en el asunto.

Llegó a la zona del comedor donde un adolescente Trunks jugaba con si inquieta hermanita menor mientras comían un cereal.

— ¿Su padre sigue encerrado en la cámara de gravedad? — Incrédula preguntó.

Bra que no había visto desde la noche anterior a su mamá alegre contestó — ¡Sí mami! No ha salido desde ayer, ni siquiera fue a contarle su cuento a Bra— acusó con un tono de indignación la chiquilla, pues estaba acostumbrada a que su regio padre ponía en primer lugar las necesidades de su dulce angelito antes que cualquier cosa y que ahora la hubiese dejado plantada por culpa del dichoso entrenamiento ponía muy de malas a la chiquilla.

—Al parecer él y el señor Gokú tiene alguna apuesta mamá...— comentó tranquilamente Trunks mientras seguía disfrutando de su cereal con leche.

—O eso fue lo que al menos, Goten me contó —

— Tu padre nunca cambia— comentó con resignación la peliazul.

Tengo cosas que hacer pero vayan a la casa de Goten, sé que ahí estará también Pan, sólo no vuelva muy tarde...—

De esa forma Bulma había sacado de la casa a sus hijos, antes de llegar con ellos a la cocina había estado en la zona de los laboratorios y había enviado a casa a todos los trabajadores.

Nadie se hallaba cerca, así que decidida comenzó a ejecutar su plan.

Calculó el tiempo que ese necio saiyajin llevaba entrenado y seguramente las barras energéticas que lugar daba dentro de la cámara de gravedad se habrían acabado, así que no tardaría más de media hora antes de que por fin abandonara el sitio, tenía que apurarse para que todo saliera a la perfección.

—¿Hey Vegeta te gusta mi nuevo uniforme?— preguntó con aire de fingida inocencia la hermosa científica mientras pretendía hallarse ahí sentada en esa banca durante  largo tiempo, en lugar de sólo haber llegado minutos antes a la espera de ver llegar a su ensimismado esposo que iba perdido en su mente pensando en su entrenamiento.

Ciertamente el saiyajin se sorprendió al verla ahí, tan casual, sobre todo por el escote tan generoso que mostraba, sus garganta se secó al ver que esos grandes y hermosos senos apenas eran contenidos y parte de esas eróticas aureolas color durazno que lo encendía, se notaban, alarmado miró a todos lados par ver que nadie estuviera cerca o tendría que arrancarles los ojos si se atrevían a ver a su mujer así, pero ningún alma se hallaba presente y cual imán atraído por el polo opuesto, su boca ávida conquistó la suave y esponjosa piel blanca que se le ofrecía.

Tenían varias semanas sin verse, debido al entrenamiento de su esposo así que harta de esperar hizo ese pequeño encuentro que sabía lo tomaría por sorpresa pero tal como Bulma lo calculó, él no se pudo resistir...

Como un cachorro perdido llegó hasta ella y con voz grave, ronca la levantó de la silla, jalándola pero siendo cuidadoso de que su agarre no la lastimase.

Bulma en el acto sintió como sus generosos pechos se aplastaban contra el pecho de su esposo, su trato un poco más rudo rápidamente la excitó, sobre todo porque sin decir ni una palabra se abalanzó como alguien famélico sobre sus grandes y redondos pechos, y con lascivo deseo recorrió con la punta de su lengua uno de sus muy excitados pezones.

— Vegeta...— Un jadeo demasiado necesitado salió de ella.

— Esto era lo que buscabas con tus vulgares provocaciones...— con voz ronca le dijo a la peliazul al oído para después alejarse un poco y dejar que su negra y oscura mirada cargada de deseo y lujuria la inhibiesen.

La acercó cada vez más a su fornido y bien trabajado cuerpo, el saiyan y una vez que confirmó que estaban solos, no pensaba dejarla escapar, había estado tan enfocado en su entrenamiento que había descuidado a su muy sensual mujer, así que pensaba disfrutar de ella toda la tarde, le haría pagar su atrevimiento, la haría gritar aprovechando que no había ningún alma cerca.

Le arrancó el traje y la ropa interior mientras  con maestría comenzaba a jugar con esos rizos que ocultaban el delicioso sexo de su amada reina.

Ella no esperó tan rápida y lasciva respuesta de su esposo quien se llevó sus dedos húmedos con su deseo a la boca.

— Vegeta...— Dijo sin saber si era una súplica o una plegaria.

— Tan vulgar... tan decidida...— Fue la única respuesta de su esposo.

La risa pícara de Bulma reverberó por todo el lugar al corroborar que aún no perdía su toque ni su habilidad de hacer caer de cabeza a su amado saiyajin...

/-/-/-/

¡¡Hola!!

Espero les haya gustado, un pequeño esbozo de la dinámica de nuestra amada pareja, quienes nunca dejan que la chispa entre ellos decaiga a pesar de sus múltiples obligaciones 🤭🩵❤️💙