Bajo la lluvia...

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Atención ⚠️⛔️ Este capítulo contiene escenas eróticas con contenido sexual. Leer bajo su propia responsabilidad.

Los personajes no me pertenecen son creación del gran Akira Toriyama. La trama e historia si son idea original mía.

Mas te veo y menos creo que haya otra tentación
que se mueva al mismo tiempo con mi respiración.
Que siga queriendo, deseando, que haga de ella una nueva religión. Cada noche una sola oración.
Y cuando no la puedo ver me tira el mismo mareo
que a veces logro controlar y otras no puedo...
Déjame entrar, hasta el fondo tocar, ya no dejo de pensar, mi cuerpo se pone mal, si no estas...—Moenia, déjame entrar.

Trunks miró el cielo, estaba nublado y a punto de llover, justo se había estado preguntado a sí mismo, el por qué su padre últimamente no estaba prestándole demasiada atención a su madre, y que su mamá se la pasaba recientemente demasiado tiempo metida en su nuevo invento. Pero ese cielo nublado le dio cierta idea de lo que tal vez pasaría y que todo estaría bien, sonrió para sí mismo.

— ¿Has visto a mami Trunks?— Cuestionó la pequeña niña peliazul que parecía un clon de Bulma.

— Sigue ocupada en el laboratorio Bra...¿Qué necesitas?—

Puso atención a la niña pues prefería ayudarla él a que interrumpiera a la peliazul, sobre todo porque tenía una teoría que quería confirmar.

— Necesito ayuda para entender mi tarea—

Preocupada lo miró, él le sonrió — Yo te ayudo Bra, y se sentaron en la mesa del comedor.

La lluvia comenzó a arreciar; de pronto, la puerta del jardín se abrió y su padre entró, Trunks lo vio caminar rumbo a su recámara y sonrió pero no interrumpió a su padre.

A la media hora lo vio bajar, se había bañado y cambiado, tenía que reconocer que su padre era un hombre bastante atractivo para su edad, le fastidiaba que sus amigas constantemente quisieran ir a su casa solo para ver de reojo a su padre.

Al menos agradecía que Mai no tuviera un crush con él como hacían el resto de adolescentes. Lo vio dirigirse rumbo al laboratorio y sabía que había acertado en lo que pasaría, sonrió para sí mismo y continuó ayudándole a la niña.

Vegeta había estado bastante ocupado entrenando, aprovechando que Bulma había decidido dedicarle más tiempo a un nuevo invento, lejos de enojarse por la falta de atención de su esposa, él la comprendía y decidió aprovechar esos tiempos para él también dedicarse con mayor entusiasmo a su entretenimiento y así cuando ella volviera a tener más tiempo libre en su agenda podría estar también más tiempo a su lado.

No necesitaba ninguno decírselo al otro, ambos se entendían sin palabras, la halló metida entre números y experimentos, llevaba puesta su bata de laboratorio, para él lucía hermosa y tan deseable como siempre.

—Te ves cansada—  observó el rostro de su mujer, las ojeras eran palpables bajo sus hermosos ojos azules.

—Mis horas de sueño han sido pocas...— Comentó ella a modo de saludo mientras seguía metida en sus asuntos.

— ¿Has comido más de una vez al día siquiera?— Comentó el saiyan mientras levantaba una ceja, estaba bastante seguro que su mujer de nuevo se estaba mal pasando.

Ella solo encogió los hombros y siguió en lo suyo.

— Necesito ir a comprar algunas cosas— El tono serio de Vegeta no dio mayor pista, y como Bulma no había salido en varias horas de su laboratorio, supuso que solo le estaba avisando que estaría fuera.

Mil instantes junto a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora