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No pasaron más de dos metros cuando el castaño claro sintió que sus ojos ya no podían seguir aguantando. Tan sólo le bastó un pestañeo para que sus lágrimas comenzaran a brotar.

En ese momento no era verdaderamente consciente de qué era lo que le estaba haciendo llorar. No sabía si era por el hecho de romper su noviazgo injustamente, por abandonar a sus amigos, por el sentimiento deprimente que le generó Jeongin o si se debía al hecho de verse débil por haber aceptado la opción de huir. Aunque, incluso si lo llegaba a saber, no significaría una gran diferencia para él.

Su hipido era silencioso. Seguramente su hermana no se habría percatado de su llanto de no ser por su moqueo. Su mirada se mantuvo baja y solamente sintió la menguante velocidad del auto que terminó en un estado estático en algún sitio al azar. Pronto sintió la calidez de los delicados dedos de la chica que se aventuraban hasta su oído. La yema de su dedo repasó el contorno de la oreja hasta llegar al lóbulo para presionarlo suavemente entre el índice y el pulgar. Su corazón se sintió más sofocado cuando entendió que no iba a dejar de sentirse vacío a pesar de estar meramente acompañado.

«Lo quiero a él». Pensó.

Su propio dorso volvió a recoger las gotitas que su lloriqueo dejaba en su rostro. Trató de espantar la tristeza y cerrar el grifo de sus ojos, pero claramente ya era muy tarde para siquiera intentar detenerlo.

—¿Te despediste de él?

La voz de su hermana fue dulce y bastante bajita, casi rozando un murmullo. Sus manos dejaron libre la oreja y la llevó hasta la mejilla para nuevamente pescar entre sus dedos un poco de la carne prominente ahí, resultado del mohín que estaba formando.

Seungmin negó, ahogando un pequeño gemido que salió de su garganta oprimida. No quería hablar porque entonces el llanto sería mucho peor. Agradeció cuando su hermana entendió esa parte y simplemente le dedicó una sonrisa triste.

—Supongo que también tenías tus razones —musitó—. Mamá y papá estaban terminando su equipaje, digamos que me he quedado atrapada en el tráfico y que nos demoraron hasta la media noche, ¿te parece mi historia?

Seungmin levantó la mirada y la posó en la chica a su lado. Definitivamente le habría dicho que la ama, si no tuviera ese enorme nudo en la garganta que estaba asfixiándolo. Por ello mismo, sólo atinó en que era buena idea lanzarse a ella y atraparla en un abrazo, mientras se cuelga como un pequeño -enorme- oso panda.

Se quedó aferrado en el cuello de su hermana, mientras ésta dejaba caricias en todo lo largo de su enorme espalda. Le resultaba curiosa la actitud melosa y aniñada que su hermano solía adoptar, a pesar de que el tipo fuera más grande que ella. No obstante, le agradaba el hecho de que su hermanito menor siguiera teniéndole la misma confianza de siempre.

Ella había sido la primera en saber sobre los sentimientos románticos de su hermano hacia su compañero de trabajo. También había sido ella quien aconsejó a Seungmin sobre la manera correcta para desnudar su mayor secreto ante sus propios padres. Ella lo consoló cuando su padre se negó a aceptar su orientación. El menor de los Kim había podido salir de muchos problemas gracias a la existencia de su hermana, tenerla en ese pesado momento era lo único que necesitaba en ese instante para no sentirse ahogado en ese pozo hondo.

—Desahógate, cachorro —murmuró, dejándole un beso en su sien.

🌧️🌧️🌧️

La llegada a ese pueblo fue alucinante. La flora y la fauna eran abrumadoramente interesantes. Todo estaba en calma y definitivamente era el lugar perfecto para tomar un descanso y reflexionar sobre sus pasados.

No Te Vayas [ Knowmin/2min ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora