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Sábado por la mañana, las maletas empezaban a almacenar todo. La habitación ya casi lucía vacía y la melancolía se apropiaba de todo el interior. El vuelo salía al día siguiente, pero la recomendación era tener todo listo desde el día anterior.

El departamento estaba silencioso, no había nadie más que el castaño. Todos salieron y ahora él tenía la tranquilidad justa para terminar cuánto antes y poderse llevar sus últimas pertenencias a casa de sus padres antes de irse del país.

Seungmin suspiró profundamente cuando terminó de cerrar la última maleta. Se levantó del suelo y sacudió sus pantalones, tomando su teléfono para llamar a su hermana, sin embargo aquel propósito quedó de lado cuando se dio cuenta de la cantidad enorme de notificaciones en su pantalla.

—¡Seungmin!

Respingó sobre su lugar cuando la puerta del departamento fue azotada, luego su habitación fue allanada por unos rostros bien conocidos.

Las miradas ajenas barrieron la habitación decadente de objetos personales. El ropero estaba vacío y la cama estaba bien tendida. El silencio de apoderó del ambiente y los ojos se colocaron encima del segundo menor, haciéndolo sentirse cohibido.

—¿Entonces es verdad? —preguntó el pecoso.

—¿Qué cosa?

—Los rumores —se entrometió Han—. Acaba de salir una publicación en internet que asegura que vas a dejar la agencia.

Seungmin bajó la mirada a su teléfono. La pantalla comenzó a brillar, mostrándose el seudónimo de su hermana en una llamada entrante, no esperó ni un segundo y respondió al instante.

—Noona.

—Minnie, estoy por llegar al departamento, alguien filtró la noticia de tu salida de la agencia y Lim me contactó, diciendo que los periodistas están exigiendo una conferencia de prensa.

—¿Saben quién fue?

—No, pero todo parece indicar que se trata de un interno de la misma agencia de JYP, la señora Choi dijo que no va a cancelar tu viaje, así que por el momento puedes estar tranquilo.

—Gracias noona —murmuró—. ¿Puedes darme unos minutos antes de bajar?

—¿Están ahí?

—Mjúmh.

—De acuerdo, yo te espero, cachorro.

El castaño agradeció de nuevo, colgó la llamada y guardó su teléfono, enfrentando al grupo detrás de él. Suspiró, notándose agotado y asintió lentamente.

—Es verdad —aceptó—. Terminaré mi contrato con JYP y me iré a PNation cuando terminen las promociones de la película.

—¿Por qué?

—Porque es lo mejor para todos... Escuchen, si hacemos el regreso, los rumores van a continuar, no dejarán hablar de lo mismo y ni siquiera nuestra relación como grupo es la misma, los quiero como a mis hermanos y no quiero que las cosas se vuelvan más extrañas en el regreso, la gente se acostumbrará eventualmente.

—Pero...

—Ya está decidido, Jeongin —interrumpió.

—¿Ibas a huir otra vez?

La voz de Minho resonó y la tensión en el silencio se desplomó, desprendiéndolo como una enorme capa de neblina espesa.

—Minho.

—Está bien, Chan-hyung —le sonrió—. Está en lo correcto, sigo siendo demasiado cobarde para admitir mis sentimientos, quería ahorrarme esta situación, pero... no se ha podido —se encogió en hombros.

—¿Pueden... darnos un momento, por favor? —pidió el mayor.

El resto se miró no tan de acuerdo, pero aceptaron a regañadientes. Chan les lanzó una mirada amenazante y sin más, fue el que cerró la puerta.

El menor suspiró, dejando de lado sus maletas y prestando atención a su mayor. Sintiendo que los nervios se le inyectaban por las venas haciéndolo sentir más ansioso de lo normal. Lo vio acercarse y le tomó la mano, dejando sobre su palma la libreta que tomó de su suelo, ocasionando que el otro suelte una risita nasal.

—Claro, lo tenías tú.

—¿Por qué nunca aceptaste las oportunidades de Lim?

Seungmin quitó la mirada de la libreta y volvió a mirar al otro, notando la seriedad, pero también el brillo opaco de sus ojos.

—Ella es demasiado amable como para meterla en problemas, de haber aceptado comunicarme contigo, la señora Choi la hubiera corrido.

—Una vez hubiera sido suficiente.

—Suficiente para arruinar su vida —acentuó—. Nos tenían vigilados todo el tiempo, incluso mis padres tuvieron que entregar sus teléfonos, además, la situación tenía mucho más sensible a Choi, tan sólo imagina lo que hubiera pasado.

—Te extrañé tanto en todo ese tiempo —admitió de pronto.

—Sí, mi mejilla se dio cuenta de eso —respondió con sarcasmo en su tono.

—Lamento eso —murmuró—. Cómo a ti, Choi también me lavó el cerebro —admitió.

—¿Qué te dijo a ti?

—Que estabas siendo mejor persona sin mí a tu alrededor.

—¿Sabes que podemos demandarla?

—Nada me haría más feliz que eso.

—Entonces hagámoslo —coincidió tendiendo su mano.

Minho aceptó y dio un apretón, cerrando el pequeño pacto, pero se retractó ante la idea de soltarlo y simplemente apretó más el agarre.

Su pecho estaba alborotado. Era la primera vez en mucho tiempo que hablaban sin tener una pelea de por medio. Eso lo tenía tranquilo, sin embargo, el contexto detrás de ese momento suyo lo hizo estremecerse.

—Escribiste que deseabas escuchar unas palabras de parte mía.

—Fue en su tiempo —negó, evitando la punzada que atacaba la boca de su estómago.

—Podemos hacer que funcione.

—Minho...

—Tú lo dijiste, la gente se acostumbrará.

—Minho, no...

No te vayas.

El escalofrío que le recorrió la espalda fue enorme. Sintió que los cabellos de sus brazos se erizaron y toda su capacidad de razonamiento se perdió en el mar de pensamientos de su cabeza.

Recordó aquella página de su cuaderno. Esa misma que había escrito en año nuevo, donde mencionaba que su corazón se sentía destrozado y sus arrepentimientos lo estaban asfixiando. También puede recordar que en su cabeza, Minho lo sostenía de la mano fuertemente y le pedía que no lo dejara, porque esas palabras eran las que él necesitaba para poder querer romper las cadenas que lo mantenían sometido en su propio tormento.

Pero ahora no podía pensar correctamente porque esa imaginación suya estaba teniendo lugar en el presente. Cuando él ya estaba prácticamente con un pie al otro lado de la puerta. Ya estaba todo arreglado, simplemente debía levantar el otro pie y continuar su nuevo camino, pero se congeló cuando su mano fue apretada una vez más.

—Min...

El nombre quedó incompleto en sus labios cuando los ajenos colisionaron con los propios. El baile fue suave y mucho mejor que los golpes o palabras hirientes que alguna vez llegaron a decirse en días pasados. La conexión de ese momento se volvió maravillosa porque fue bien esperado por ambas partes y el cariño de las caricias fue genuinamente brindada por las dos partes.

Desgraciadamente, sus pulmones habían perdido condición y ahora exigían su aire necesario, haciéndolos alejarse. Sus ojos conectaron entre sí, sintiéndose diferente y sereno.

—Soy tu mayor, insolente —reprendió Minho en un murmullo bajito.

—Lo siento, hyung.

No Te Vayas [ Knowmin/2min ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora