La sala de estar se sentía deprimente. Ya eran dos semanas desde que Seungmin se marchó del departamento sin decir adiós. Jeongin no dijo nada, en realidad, se enteraron de su ida por medio de una carta bajo la autoría del mismo Kim.
Su partida significó todo un suceso nada favorable, principalmente para el Lee mayor, pues las acciones del menor se sintieron como un rechazo completo a la oportunidad de buscar un remedio para salvar su relación. Sabía que Kim no se opondría a las órdenes de la agencia, él es una persona correcta a quien le gusta mantener el orden de las cosas, a pesar de que a veces se comporte como un completo salvaje. Lo había visto desesperarse cuando el problema los envolvió a todos y era por eso mismo, no podía siquiera culparlo. No obstante, Lee no podía dejar de sentir ese vacío en el pecho ante el mero hecho de que ahora se encontraba completamente solo en el departamento. Se encargó de ayudar a los chicos con el arreglo de las coreografías, estuvo ocupado entrenando boxeo y volvió a su hogar un par de días para festejar navidad. Pero nada de eso remedió su sentir. Él realmente necesitaba fastidiar al menor, pasar tiempo con él, escaparse de todo y beber café mientras hablan del futuro. No podía y se negaba completamente a entender que todo aquello había terminado de un día al otro.
Sus oídos se tensaron cuando escuchó la tonada de su teléfono. Se acercó rápidamente con el corazón vibrante, pero entonces fue golpeado con un sentimiento agridulce cuando vio el seudónimo de "mamá" en su pantalla. Ahogó su decepción en un suspiro y tomó el teléfono, dispuesto a responder.
—Hola, mamá.
—Hola, hijo ¿Volverás a casa para año nuevo?
Sus ojos se dirigieron a la habitación vacía. Los recuerdos de una promesa que ya no se cumpliría se hicieron presentes, orillándolo a querer tirarse al suelo y hacerse bolita, mientras se pone a llorar.
—Lo haré mamá, estaré esperando a papá en el departamento.
—¡Genial!, tu abuela se pondrá feliz —la escuchó decir, imaginándose la sonrisa en su rostro—. Ahora dime, ¿Cómo te encuentras, hijo?, ¿él no ha vuelto?
Sus dedos temblaron. Se mordió el labio y se dirigió al sofá donde se tumbó sin mucho cuidado. Agradeció el interés de su madre y el silencio cortito que le permitió aclarar sus pensamientos en ese momento.
—Sigo vivo y saludable, mamá, pero parece que a él se lo ha tragado la tierra. Su casa está vacía desde hace días, no responde las llamadas ni los mensajes y en la agencia no han sabido de él.
—No te preocupes tanto, seguramente está tratando de sobrellevar este asunto con su familia, Seungminnie es sensible, pero no irresponsable.
—Claro, tienes razón, mamá —respondió, formando una sutil curva en sus labios—. Debo preparar mis maletas, te llamo luego.
—Bien, saluda a los chicos de mi parte, te amo.
—Yo igual.
El crujido de la llamada terminada fue lo último que escuchó antes de volver a quedarse en un ambiente mudo. Se restregó las palmas en el rostro y tras un suspiro frustrado, terminó levantándose del sofá. Arrastró los pies, adentrándose a su habitación. Tan pronto como vio el desastre de ropa en el suelo, comenzó a arrepentirse sobre su decisión de empacar. Habían pasado dos semanas desde la partida de su menor y su extraña cabeza le hacía pensar que arreglar su desorden sería el perfecto sinónimo para dejarlo ir. Y eso es lo que menos deseaba en ese instante.
¿Cómo diablos se atrevía a intentar superarlo de esa manera? Aunque bueno, pensándolo bien, era una lógica absurda.
Volvió a suspirar una vez más. Se echó al suelo y comenzó a acarrear las ropas cercanas a su alrededor. Una por una comenzó a doblar. El silencio de la linda soledad comenzó a marearlo, tomó su teléfono y reprodujo la primera canción que apareció en su playlist. Entonces pudo sentir que respiraba un poquito mejor.
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No Te Vayas [ Knowmin/2min ]
Fanfiction𝙽𝚘𝚝𝚒𝚌𝚒𝚊 𝚍𝚎 ú𝚕𝚝𝚒𝚖𝚊 𝚑𝚘𝚛𝚊. 𝙷𝚊𝚌𝚎 𝚝𝚊𝚗 𝚜ó𝚕𝚘 𝚞𝚗𝚘𝚜 𝚖𝚒𝚗𝚞𝚝𝚘𝚜 𝚊𝚝𝚛á𝚜 𝚜𝚎 𝚏𝚒𝚕𝚝𝚛ó 𝚎𝚗 𝚕𝚊𝚜 𝚛𝚎𝚍𝚎𝚜 𝚜𝚘𝚌𝚒𝚊𝚕𝚎𝚜 𝚕𝚊 𝚏𝚘𝚝𝚘𝚐𝚛𝚊𝚏í𝚊 𝚜𝚞𝚐𝚎𝚛𝚎𝚗𝚝𝚎 𝚍𝚘𝚗𝚍𝚎 𝚜𝚎 𝚟𝚎𝚗 𝚒𝚗𝚟𝚘𝚕𝚞𝚌𝚛𝚊𝚍𝚘𝚜...