Agonía

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Me siento mejor, o eso parece. Despierto para domingo sin ideas de matarme. Sigo teniendo pastillas escondidas, pero recuerdo el libro de Bajo la misma estrella, en el que el protagonista ponía un cigarro en su boca y hacía referencia a una metáfora, la metáfora de colocar el arma en su boca pero no apretar el gatillo. Esa metáfora de no darle el poder de matarlo. Quiero que las pastillas sean una metáfora, pero ella no está de acuerdo. Me pide que se las entregue y yo vacilo. Vacilo durante todo el día hasta que regresa en la noche. Me entrega un anillo de promesa, me dice que siempre estará a mi lado así no estemos juntas y me pide de nuevo que entregue las pastillas. Le dije donde estaban, se sorprendió. Eran demasiadas, cien para ser exactos, pero solo quería estar segura.

No siento que las necesito cuando se las lleva. Me permite organizar mi pastillero para los siguientes tres días, es lo único que no permito que hagan por mí ya que cuando lo hago me da la sensación de que sigo teniendo control sobre mi vida. Aunque me escondan la medicación, aunque no pueda quedarme sola, aunque deba asistir una o dos veces a la psicóloga a la semana y ver a mi psiquiatra cada tres. Aunque mi hermana mayor supervise mi tratamiento. Aunque de nuevo tenga una pierna rota y la imposibilidad de moverme.

Ella le pregunta a la persona con la que vivo si puede vigilarme mientras baja a comprar algo. La persona le responde que luego de hacer sus cosas, que se iba a bañar, así que ella decide quedarse. No puedo estar sin supervisión mientras arreglo mi medicación. Me siento mal, me siento muy mal de que mi vida no importara tanto como para que otro no pudiese detener sus cosas para ayudarme. Pero ella si se quedó y lo valoro.

En este momento mi vida es caótica, voy retrasada con mis temas de la facultad, tengo una segunda fractura y una reciente cirugía que me harán estar fuera por otros tres meses al menos. La idea suicida no está, pero puede volver en cualquier momento. Me siento tranquila, pero abrumada. Pensaba que eran antagonistas, pero no. El dinero es otro tema que me preocupa y mucho.

Como una vez al día porque es para lo que alcanza, y no como del todo bien. Me repiten que debo alimentarme mejor para mi recuperación, pero no tengo ganas. Pienso en todos mis proyectos y en el dinero que necesito para llevarlos a cabo. En la kinesio que no puedo pagar y en los medicamentos que se acaban. Pienso en mucho y al mismo tiempo necesito que las voces se callen. Ya no puedo pensar más, pero al menos no pienso en quitarme la vida.

No hasta el martes después de mi terapia. Por alguna razón, después de la terapia no la paso bien. Tuve que contener un ataque de ansiedad durante mis pasantías, pedí ayuda, o al menos lo comuniqué. Al menos lo hice. No obstante regresa el pensamiento y eso no quiero compartirlo. Me avergüenza no poder manejarlo, me avergüenza querer morir teniendo todo, como siempre me dice mi padre.

Mientras preparo de nuevo el pastillero deseo que alguien me descuide tan solo un momento. Esconder algunas no estaría del todo mal, pero de igual forma lucho contra ese deseo. Luchar en contra es algo que demanda demasiada energía. Demasiada.

Ella discute conmigo por cualquier tontería y lo vuelve a hacer. Yo suspiro cansada, ya no quiero discutir porque estoy enfocada en contenerme a mí. La ignoro, aunque sus palabras me hacen sentir mal. Tomo mi medicación y me voy a la cama, es lo mejor.

Despierto descansada, ella ya se marchó, no sin dejar el desastre que siempre deja tras su paso. Me molesta, ella lo sabe pero parece que no le importa, sin embargo, esta mañana amanecí con otro pensamiento en mi cabeza. Las fiestas.

Falta poco para navidad y mi última navidad fue la peor de todas. Estuve sola. Mi relación anterior se iba a la mierda y yo vi como seis años de mi vida ya no valían nada. Me pregunto que haré estas fiestas, seguramente estar sola de nuevo. No es algo que presiento, es algo que escojo porque sé que si yo lo escojo dolerá menos cuando así sea. Es confuso de entender, pero prefiero elegir estar sola a esperar que alguien esté y termine decepcionándome, como siempre.

Tengo un vacío en el centro de mi pecho y un nudo en mi garganta. Algo duele de nuevo y duele mucho y a mí no me gusta lidiar con el dolor. Pienso en pastillas, pero intento luchar con el impulso. Se que hoy me quedo sola y no hay nada que me asuste más. Tengo miedo, me tengo miedo. Necesito un abrazo, pero no quiero pedirlo, así que me callo. Me callo mi dolor y las ganas de que alguien me ayude a atravesarlo.

Y de nuevo estoy sola, por elección.

Hasta mi último díaTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang