—Me pregunto que tendría que hacer para que todos ustedes aparecieran —dijo Mercury mientras movía mi cabeza de un lado al otro. Quería moverme pero usó su otra mano para agarrar las mías, esto no era lindo.
—Me- ¿Al mismo tiempo? —pregunté confundido mientras Mercury me inspeccionaba.
—No al mismo tiempo tarado —dijo molesto, me vió a los ojos unos segundos y después siguió inspeccionando mi cara— no sé si eso es posible, sino que me refiero a que qué tendría que hacer en específico para que aparezcan diferentes de ustedes
—No al mismo tiempo okey —agregué el "okey" para que no notara que era lo de repetir— ¿No se supone que ya sabés eso? Por lo que podés leer nuestra mente y así
—Claro —sonrió— puedo leer tu mente pero tu mente no me dice que sensaciones exactas te triggerean, tengo una idea pero no sé exactamente que es —se alejó un poco de mi— así como no sé exactamente qué es lo que hace Sol para que Dylan
—Cla- Callate —lo interrumpí, no quería saber lo que hacía Dylan con mi cuerpo.
—Oh cierto, ese es Dylan, en cambio vos —me vió unos segundos y su expresión cambió a una de sorpresa— oh
—¿Oh? —dije nervioso, al punto que empecé a tartamudear— ¿Que viste?
—Será más divertido que no sepas que vi, eso te molesta más —"Él tenía razón, me ponía muy nervioso no saber que es lo que vió o lo que no vió dentro de mi cabeza, no importa que fuera". Él me soltó y se acostó en la cama nuevamente— como sea No-Dylan, decime ¿Cómo te llamás?
—Sebastián —tardé unos segundos en responder ya que estaba recitando lo que él dijo en mi cabeza— Sebas
—Bien Sebas, bienvenido a tu infierno personal —dijo para abrazarme por los hombros— presiento que seremos muy buenos amigos
—Bien, porque lo dudo —me lo intenté sacar de encima y sorprendentemente funcionó— acabás de convertirte en mi papá y eso es algo que los amigos no hacen
—Los amigos hacen bromas —me sonrió.
—Los- No somos amigos —insistí y comencé a alejarme de él— apenas sabés mi nombre
—Lo seremos —dijo él al momento que abrí la puerta de la pieza— yo lo sé
No me gustaba estar acá. No sé porqué Dylan decidió que sería una buena idea venir a Plaza Cerro, literalmente es la peor idea que se le pudo haber ocurrido. Nuestro papá estaba acá, los tíos estaban acá, María estaba acá, todas y cada una de las personas que nos hicieron daño de alguna forma estaban acá ¡Y él decidió venir! No puedo creerme que de todos nosotros, él es el que se encarga de controlar el cuerpo, él se enteró que somos muchos ayer, mientras que yo cargo con eso desde los 16 años, es muy injusto. Pero nooo acá teníamos que estar porque el rubio decidió que era buena idea en vez de irse a otro lado.
Mercury me estuvo molestando todo el día, era muy molesto. Era como si quisiera conocerme pero no le creo ya que se ve con muchas ganas de querer triggerearme. Me seguía a todos lados, si salía al patio a tomar aire, él me seguía al patio, me iba a mi pieza, él me seguía. Incluso me siguió cuando fui a comprar tintura. Me había enojado mucho el aparecer de nuevo, y me enojaba aún más que Dylan fuera el que se encarga del cuerpo, así que fui hasta una tiendita de por ahí y me compré algo de tintura marrón, quería verme como yo aunque sea un día, y el tinte marrón iba a ayudar a eso. Mientras salíamos de la tiendita, no pude más con Mercury y le grité.
—¡Ya dejáme! No somos amigos —dije, haciéndolo callar— no sabés nada sobre mi y además te hacés pasar por un hermano que ni siquiera existe

ESTÁS LEYENDO
Mercury
FantasyDylan vuelve a Plaza Cerro, su ciudad natal, pero al hacerlo se encuentra con una criatura cambia formas que se ve exactamente como él. Por otro lado en Buenos Aires Liz intenta ayudar lo más que puede con la cura para la maldición que poseen. Él no...