Mercury me mandó a comprar. A este punto solo le hago caso ya que seguramente si no lo hago, él me controlará para que lo haga. Intento no pensar mucho en eso porque realmente me asusta mucho lo que él sea capaz de hacer. Liz no me ha llamado ni nada y yo tampoco porque siento que intentará golpearme o me pedirá que le explique cosas o algo, y tampoco voy hacía el hotel donde están porque no sé como reaccionaré al ver a Sol y Nathan otra vez, en especial porque ahora creen que les mentí sobre mi identidad o algo así, además que seguramente Mercury haría algo para ponerlos en mi contra. Igualmente debería intentarme contactar con Liz, la extraño y tengo las esperanzas que Mercury no le haya puesto demasiadas cosas en la cabeza como para que me escuche y me crea.
Cuando llegué a casa, entré con la bolsa de cosas y no podía creer lo que estaba viendo.
—Dylan —dijo Nathan mientras se levantaba del sillón.
—¿Nathan? —estaba muy confundido— ¿Qué hacés acá?
—No sabés lo que te extrañé —dijo él mientras se acercaba, solté la bolsa que traía y él colocó su mano en mi mejilla.
—Yo- —no pude terminar de hablar ya que él me besó, esto era muy raro, era lindo pero ¿Nathan realmente haría esto?
Me distraje unos segundos en los que parpadee y cuando volví a ver noté que era Mercury, pero no solo era Mercury si no que estaba con su apariencia de ser mi hermano, o sea que se parecía a mi y a Liz. Empujé a Mercury y empecé a sentir nauseas.
—Voy a vomitar —murmuré mientras ponía una de mis manos en mi estómago.
—Tampoco fue para tanto —dijo Mercury con una sonrisa, sé que lo había hecho para molestar porque de inmediato se puso en la forma con pelo rojo.
—¿Por qué? —pregunté poniendo mi otra mano en mi boca y apresurándome al baño.
—Bien, lo sieeento —se quejó Mercury mientras m seguía al baño— no fue para tanto dejá de sobre actuar
No llegué al baño y vomité en el pasillo de la casa. El vomitar triggereó algo en mi y ya no era consiente de mi propio cuerpo.
Sebas.
Estaba a nada de llegar al baño y estaba todo vomitado, el olor del vomito del pasillo me ganó así que cubrí mi boca y fui al baño. Mercury me seguía.
—¿Qué hiciste? —pregunté mientras tenía arcadas, solo que esta vez sobre el inodoro.
—Solo fue un beso —dijo Mercury viéndome desde el marco de la puerta— no es para tanto
—Solo- ¿Qué? —pregunté alarmado y asqueado por todo lo que estaba sucediendo. Vomité otra vez.
—Si, solo quería molestarte haciendo que besaras a tu hermano —dijo él, si que tenía problemas— no pensé que- —cortó su propia oración, lo vi unos segundos y juraba que su expresión demostraba horror— ¿Qué cosas les hizo hacer ese pervertido? —preguntó genuinamente.
—¿Qué cosas- ? ¿Querés que te diga? Porque lamento decirlo pero no lo sé —dije, aún sintiendo las nauseas, tiré la cadena porque no soportaba el olor del vómito— de todas formas vos ya leíste mi mente ¿O no?
—No... —dijo Mercury mientras se acercaba a mi lentamente— Tu trastorno hace que mi habilidad funcione raro, supongo que tu mente bloqueó las cosas...
—Mi menté bloqueó las cosas- no lo sé Mercury, no hagas que intente recordar —ya no sentía tantas nauseas como antes pero si me sentía muy estresado— ni siquiera sé que está pasando y ahora estoy llorando —mientras hablaba comencé a llorar, era raro, el cuerpo y seguramente alguien recordaba algo así que comencé a llorar por más de que yo no tuviera idea de nada.

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Mercury
FantasyDylan vuelve a Plaza Cerro, su ciudad natal, pero al hacerlo se encuentra con una criatura cambia formas que se ve exactamente como él. Por otro lado en Buenos Aires Liz intenta ayudar lo más que puede con la cura para la maldición que poseen. Él no...