Pasaron un par de días desde la noticia con Dylan. Esa noticia me cagó la vida, por supuesto estoy feliz que mi hermanito estaba vivo, pero ¿Por qué no me avisó antes? Estuve preocupada durante 5 meses, pensé que se había muerto y mis pastillas estaban dejando de funcionar por lo que sentía las emociones a un mil porciento. Estaba muy molesta pero aliviada y tengo demasiadas emociones conflictivas entre si como para entender lo que sucedía.
—Entonces necesitamos- —interrumpí la charla de Eos.
—Tengo que ir a Plaza Cerro
Todos se quedaron callados por unos segundos.
—Liz —dijo Flor, llamando mi atención.
—¿Qué?
—No irás sola, iremos con vos
—¿Por qué? —pregunté confundida.
Hubo otro silencio. Me perdí toda la conversación mientras pensaba en Dylan.
—Estábamos hablando de eso Lizzie —dijo Nathan, voltee a verlo y se veía algo preocupado— que está esa extraña flor en diferentes partes de Neuquén —la vi confundido, pensé me había un par de minutos, no toda la conversación.
—Y que la parte más accesible que teníamos era Plaza Cerro y Curál Co —añadió Eos.
—Oh
—¿Estás bien? —preguntó Nathan, si estaba muy preocupado, él no podía ocultar sus expresiones ni para salvar su vida.
—Si, si, como sea —dije moviendo las manos— entonces vamos, es mi ciudad natal, yo sé como funciona
—¿Segura?
—Completamente
Les di diferentes recomendaciones a mis amigos, y cuando volví a casa tuve una pequeña discusión con Lucy ya que ella, al igual que yo, sabe que ir a Plaza Cerro con él suelto me hará mierda, pero tengo que ir. La flor esa me importa un pomo, quiero ir y cagar a palos a Dylan y llorarle y rogarle que vuelva después cagarlo a palos.
Le envié un mensaje a Dylan, a Martina y otro a mi tíos avisando que iría por ahí por unos días por el trabajo, a mi tíos les dije eso, a Dylan y Martina les dije que iría un par de días y ya. Es obvio que mi celular comenzó a saturarse con sus mensajes de inmediato. Realmente espero no ponerme muy emocional en el viaje o allá.
Corté mi pelo, no fue drástico, pero necesitaba cortarlo un poco. Fue más un impulso. El hecho de que últimamente estoy siendo mucho más impulsiva debido a que mis medicamentos dejaron de funcionar me preocupa muchísimo. NO quería salirme de control y que lo descubrieran, no necesito ese tipo de rechazo ahora.
—Liz —dijo Flor, me había seguido a mi auto otra vez.
—¿Sip?
—¿Estás segura de ir a Plaza Cerro? —me preguntó— Porque recuerdo que me dijiste que era un lugar muy triggereante para vos —estuve a punto de responderle pero me interrumpió— y no creo que sea conveniente para nadie que tengas muchas emociones ¿Sabés?
—Si Flor —ella me interrumpió otra vez.
—Además ¿Dijiste que tus pastillas ya no funcionaban? —dijo ella— Yo te consigo otras, necesito que todo esté bien Liz, vos sabés que tu condición no es muy bonita
—Flor —dije para agarrar sus manos, llamando su atención— estoy bien
La solté y por fin me subí a mi auto, pero la escuché decir "No" para seguido dar la vuelta a mi auto y subirse al asiento del copiloto.
—Necesito que me lo prometas —ahora ella agarró una de mis manos, pero con algo más de fuerza— necesito que me prometas que ir Plaza Cerro no te afectará mentalmente ni te triggereará de ninguna manera y que estarás bien
Le sonreí y junté mi otra mano con las demás.
—Flor, te prometo que todo saldrá bien y que estaré bien y que nada se saldrá de control —le aseguré con una sonrisa.
Ella me vió unos segundos y suspiró de alivio.
—Bien, gracias —me dio un abrazo—cuidáte Liz
Ella salió de mi auto y la saludé mientras se alejaba. Luego arranqué mi auto y me dirigí a mi casa. Lo bueno de ser psicóloga y estudiar psicología era que sabía mucho del lenguaje corporal y de micro acciones corporales, y lo "bueno" de estar traumada era que soy muy buena fingiendo que todo está bien. Por lo que a mi parecer pude fingir muy bien que todo estaba bien y que Flor no sospechara nada. Si pongo un pie el Plaza Cerro voy a suicidarme.

ESTÁS LEYENDO
Mercury
FantasíaDylan vuelve a Plaza Cerro, su ciudad natal, pero al hacerlo se encuentra con una criatura cambia formas que se ve exactamente como él. Por otro lado en Buenos Aires Liz intenta ayudar lo más que puede con la cura para la maldición que poseen. Él no...