Capítulo 13

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Dylan.

Liz me llamó para ir a la plaza, no sabía porqué pero estaba feliz que quisiera hablar conmigo. Esta vez si me arreglé, me lavé los dientes, la cara, tomé café, quería verme lo más presentable posible para Liz así no le seguía creyendo a Mercury las mentiras que dijera sobre mí. Me ponía muy nervioso pensar que quizás estaría Sol o Nathan, o Eos o Flor ya que estaban, pero confiaba en que si Liz no me dijo era porque no planeaba invitar a nadie más.

—Voy a salir a comer —gritó Mercury desde la cocina, después escuché un portazo.

Caminé hasta La U, esa era la plaza que dijo Liz, no me gustaba caminar nada pero si iba caminando podría arrepentirme y volverme para la casa sin molestar a terceros. Mientras caminaba empecé a escuchar una voz en mí cabeza, me asustó bastante y no quería reconocer que había más gente en mí cabeza así que me coloqué mis auriculares y subí la música tanto que no pude escuchar ni mis pensamientos ni otros.

Pude reconocer a Liz desde como 3 cuadras, estaba replanteando el si ir donde ella, pero tardé tanto tiempo en pensar que ella ya me vió. me saludó desde allá y ya no me quedó otra que saludar e ir donde ella.

—Hola —cuando llegué frente a Liz su actitud cambió, me vió molesta pero igual me saludó.

—Hola... —respondí.

Caminamos un poquito y nos terminando sentando en una de esas "bancas" que son rectángulos de cemento pegados al piso. Cuando llegué con Liz ella estaba recibiendo una bandejita de papas fritas de uno de los camiones de comida que habían ahí, así que al sentarnos ella comenzó a comer.

—¿Por qué me querías ver? —dije después de unos segundos viendo como comía.

—Pensé que te suicidáste —dijo ella, se llevó más papas a la boca.

—Perdón

—¿Cómo es posible que de un día al otro desaparezcas? —dijo, escuchaba molestia en su voz— Y no solo desaparezcas, si no que ordenaste tu pieza, me entero que el día anterior te peleaste con Nathan, terminaste con Sol y además rechazaste todas mis llamadas —sonaba más enojada aún.

»Apagaste tu celular y le dijiste a Lulú que te ibas de vacaciones y renunciaste —dijo, estaba completamente molesta y noté como estaba tragando las papas en vez de comerlas. Ahora me sentía culpable, más culpable— ¿Cómo se supone que pensara que solo escapaste?

—Perdón, no estaba pensando claramente —dije para quitarle lentamente la bandeja de papas. No quería que siguiera comiendo así.

—Claramente o no —no era bueno leyendo las emociones de la gente, pero leer las de Liz era facilismo. Estaba enojada y triste— con un WhatsApp me hubiera bastado

—¿Enserio te hubiera bastado? —dije casi sin pensar, no quería ponerme arrogante ahora— Yo creo que eso hubiera empeorado las cosas

—Ese no es el punto —dijo frustrada, noté como sus ojos se estaban aguando— ¿Porqué te escapaste así?

—No lo sé, tenía miedo —admití, esta vez yo comí una papa frita— tuve que salir del clóset de una manera fea y me asusté y- —sentí que estaba poniendo puras escusas— ajá

—Pudiste haberme dicho, pensaba que

Liz se interrumpió a si misma, fue raro así que me quedé viéndola, por primera vez noté que tenía un peinado diferente y que tiñó dos de sus mechones de color negro. Me recordó que cuando éramos más chicos, ella había teñido un mechón de su pelo con tinte negro de caja por su novia. Recuerdo que lloró una semana porque después no se le iba más. Luego de un rato voltee a ver donde ella veía, al hacerlo me arrepentí de inmediato, eran no solo Nathan, si no que Nathan y Sol, ambos acercándose a nosotros.

MercuryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora