𝑊𝑒𝑙𝑐𝑜𝑚𝑒 𝑡𝑜 𝐷𝑒𝑟𝑟𝑦 |𝑃𝑎𝑡𝑟𝑖𝑐𝑘 𝐻. 𝑓𝑎𝑛𝑓𝑖𝑐| 𝙥𝙧𝙤𝙘𝙚𝙨𝙤

《 𝐶𝑎𝑝í𝑡𝑢𝑙𝑜 12 》

Saque las llaves del coche, y mientras suspiraba, observaba el pequeño supermercado con nostalgia. Había sido el primer lugar en Derry que había visitado cuando llegué.

Bajé del auto y comencé a caminar hacia el supermercado, sintiéndome un poco perdida y desorientada. Estaba sola y era la medianoche. Abrí las puertas y la campanilla me recibió con su sonido familiar.

Comencé a pasear por los pasillos, buscando algo reconfortante para comer. Mientras tanto, tomé un refresco de las neveras, sintiendo el frío en mis manos. Me acerqué al mostrador, donde el hombre tras este parecía haberse quedado dormido. La campana de la puerta volvió a sonar, indicando que alguien había salido.

Habían un par de billetes en el mostrador. Coloqué el dinero correspondiente sobre este y, con mis cosas en mano, salí del local.

Al salir, no esperaba encontrarme a alguien, pero ahí estaba: una figura solitaria sentada en la acera junto al local, con la mitad del cuerpo extendida sobre parte del estacionamiento.

Mi piel se erizó al verlo, y un escalofrío me recorrió la espalda. Me quedé quieta por un momento, hasta que él notó mi presencia y se giró hacia mí.

- ¿Qué quieres? -dijo con una voz fría y amenazante. Levanté mis compras para que las viera, intentando disimular mi nerviosismo.

- Adiós -dije con voz temblorosa, y antes de continuar mi camino, me giré hacia el auto. De nuevo, un globo rojo flotaba en el aire, aumentando mi inquietud.

Quería irme, pero me sentía atrapada con esa figura amenazante rondando por ahí. Me di media vuelta y me detuve para poder ver a Hockstter, quien me miraba con un ceño fruncido, como si se preguntara qué demonios quería.

- ¿Quieres compañía? -pregunté con cierta duda en mi voz, haciendo mi mejor esfuerzo por disimular el temor que aún persistía en mi interior.

Inclinó su cabeza levemente, un gesto sutil que reflejaba una mezcla de curiosidad e impresión. Pude notar cómo su expresión cambiaba ligeramente, como si estuviera evaluando mi propuesta.

Sin previo aviso, y contra toda lógica, sentí un impulso de acercarme a él. Así que lo hice, tomando un respiro profundo y llenándome de coraje. Me senté junto a él, asegurándome de que todavía había una distancia segura entre nosotros. Podía sentir el frío del concreto a través de mi ropa, y el aire fresco de la noche en mi rostro.

Ambos permanecíamos en un silencio ensordecedor. Patrick, con una botella de agua en sus manos, tomaba sorbos intermitentes, mientras yo, inquieta, movía mis piernas con una desesperación palpable. Me encontraba en un dilema, no sabía si debía moverme de ahí, pero había una parte de mí que creía que si lo hacía, Patrick reaccionaría y me haría enfrentar fantasmas del pasado.

No sabía por qué pensaba así, solo lo hacía, y la incertidumbre no ayudaba a calmar mi agitación.

- ¿Qué hacías sola a estas horas de la noche? -La pregunta de Patrick me descolocó. Su tono era una réplica exacta al de mi padre, pero con un matiz aterrador que le era propio.

- ¿Qué? -Repuse, necesitaba confirmar si lo que había escuchado era correcto. La pregunta no parecía encajar con el Patrick que yo conocía.

Soltó un suspiro, como si le costara un mundo pronunciar las palabras, como si la simple idea de formular la pregunta pudiera hacerle perder un ojo. Noté esta reacción y el ambiente, ya de por sí tenso, se volvió aún más incómodo.

- ¿Qué hubiera pasado si en mi lugar hubiera estado Henry?

- ¿Estás bromeando? -pregunté, mi voz teñida de incredulidad e indignación.