4. Conducir

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Apagó directo después del primer día de estar jugando el gran proyecto de mi mejor amigo, QSMP.

Conocí a Vegetta, Luzu, Rubius y Missa que eran prácticamente mi infancia.

Conviví mucho más con Spreen y Roier, y también conocí a streamers angloparlantes.

Fue increíble y emocionante.

Estaba muy feliz por todo lo que iba a lograr Alex, esto iba a ser una locura.

Le mando un mensaje a mi mejor amigo felicitándolo por su proyecto y bajo a la cocina en busca de algo que comer.

Son alrededor de las once, casi doce de la noche.

El timbre de mi casa suena y me asustó.

Voy con cuidado y abro la puerta un poco para ver de quién se trataba, Osvaldo me sonríe.

Abro completamente la puerta y lo dejo entrar.

Él me saluda.

—¿Qué haces aqui? — pregunto.

—Pues ví que apagaste stream así que yo también apague y vine a ayudarte — menciona y lo miro con confusión.

—¿En qué?

—Liv, hoy te voy a enseñar a manejar — informa y rio.

—Estas loco, Valdo — niego con una sonrisa.

—¿Por qué?, dijiste que te ibas a preparar para tu exámen.

—Si, pero ahora no, es muy de noche y no he comido, tengo que descansar, apar...

Él pone su mano en mi boca y no me deja hablar.

—Basta de excusas, yo te invito a comer y de ahí practicamos, ¿Si?

Valdo quita su mano de mi boca y me mira expectante.

—¿No vas a dejar de insistir? — él niega — Bien, deja ir una chaqueta.

El de los lentes se celebra.

—Aqui te espero — lo escucho cuando estoy subiendo las escaleras.











[...]














Terminamos de comer.

—Bien, estoy lista — menciono.

—No, no lo estás — habla Osvaldo.

—Oli, ¿Qué es lo primero que debes hacer cuando entras al auto? — pregunta.

—Encender el auto — contesto.

—No, tienes que ponerte el cinturón de seguridad — aclara.

Se estira hacia mi asiento y toma el cinturón, su rostro queda muy cerca del mío y siento como nuestras respiraciones se mezclan.

Su mirada pasa a mis labios, no hemos vuelto a besarnos desde ese día que conocía a su familia.

Por un segundo pienso que lo va a hacer, pero no pasa nada.

Él solo me pone el cinturón y vuelve a su asiento.

—Ahora si — murmura.

La tensión se siente, pero decido ignorarla.

Estamos en un estacionamiento donde no hay ningún rastro de alguna persona.

Empezamos con la práctica, sigo las indicaciones que me da.

—No soy tan mala — comento.

Osvaldo ríe.

—Es verdad, puedo eque pronto ya consigas la licencia de conducir y ahora tú me saques a pasear — ambos reímos.

—Hecho.

Pensar que estabas tan emocionado por mi licencia de conducir y ahora ya ni nos hablamos.

—Ahora pon tercera — menciona el chico.

Hago lo que me pide, pero la palanca está muy dura.

—Sigues en segunda — anuncia.

—Es que lo estoy haciendo, pero mi fuerza no da para mucho — musito.

Osvaldo pone su mano sobre la mía y me guia.

Así pasamos casi todo el rato, él no despegó su mano de la mía y me ayudó.

Me estacionó como puedo y apagó el auto.

—Para ser mi primera clase lo hice bien, ¿Si o no? — cuestiono.

—Muy bien, solo que lo de estacionar si te va a costar, pero podemos practicarlo con el tiempo.

Le sonrió, eso significaba que me iba a seguir ayudando.

—¿Puedo preguntarte algo?, claro, aparte de esta pregunta — río por mi torpeza.

—Adelante.

—Si puedes tener a la chica que quieres, ¿Por qué a mí?

Él se queda callado unos segundos.

—Me gusta como eres, no eres igual a las chicas que conozco — explica — No quiero incomodarte porque se que eres menor que yo y te pido disculpas si lo he hecho.

Niego rápidamente.

—No, para nada — musito — Haz sido muy lindo conmigo, siempre.

—Es lo menos que puedo hacer, te mereces todo lo bueno de este mundo.

Me pongo un poco nerviosa por sus palabras.

—Solo lo dices para querer agradarme.

—No es así Liv — aclara — De verdad eres una muchacha increible y se que es muy pronto llevamos no más de cuatro meses conocernos, pero se que lograre conquistarte en algún punto, si tengo que esperarte lo haré.

Mi corazón late con fuerza.

Me quito el cinturón de seguridad y me levanto un poco de mi asiento para tomar el rostro del chico de lentes y besarlo.

Necesitaba hacerlo, él me había segado completamente.

—Ya lo hiciste — murmuró sobre sus labios cuando nos separamos.

Él me sonríe y acaricia mi mejilla pasando su mirada por todo mi rostro.

—Nunca he sentido esto que estoy sintiendo contigo — susurra.

Que cruel mentira...

—Me gustas mucho — confieso finalmente.

—Y tu a mi, Olivia.

Su mano se enreda en mi cabello y me vuelve a besar.

Ahí inicio un mundo de fantasías...

Teenage Dream || El MarianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora