Capítulo 18.

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Gracias a Dios nos interrumpieron a Karina y a mi esta mañana.

Es decir, me moría de ganas de estar con ella, y lo sigo estando, pero, no seria muy bonito tener mi primera vez en la escuela, sobre una mesa y que se halla dado por la excitación o la emoción de habernos hecho novias.

El problema es que no paro de pensar en sus labios, son carnosos pero no llegan a ser gordos, al contrario son finos. Son delicados y suaves.

No paro de pensar en nuestros besos, cada uno más adictivo que el anterior.

Por suerte falta poco menos de una hora para que ella me pase a recoger, planeamos tener una cita.

Iremos al cine a ver una película, ¿cuál? Ni idea. Está mañana le entregué las llaves de su auto, las tenía desde la fiesta en la piscina Los Santos. Ya que ella tenía su medio de transporte me pasaría a recoger. El problema ahora era que íbamos a ver en el cine.

¿Cómo se te ocurre ir al cine, en plan primera cita y no tener ni puta idea de que ver? O sea, NI IDEA.

No lo sé, supongo que tendré que esperar a llegar para ver que hago.

Ah no, de eso nada. Tu ya estás completamente lista. Te queda bastante tiempo asi que podrías entrar a Internet. Ve a la página del cine, donde ponen el catálogo, revisa cuáles son las opciones de esta noche.

Ya me había puesto un jean azul oscuro, una blusa blanca, encima una chaqueta negra y un par de botines negros, regalo de Víctor por mi último cumpleaños.

No es tan mala idea lo de revisar el catálogo del cine, así tengo una idea de que ver. Y si nada me convence para la ocación le preguntare a Karina que tipo de películas le gustan. Se me ocurre que podría jugar con ella a preguntas y respuestas, es una manera muy eficaz para preguntarle a tu pareja sobre sus gustos y cosas.

¿Tu pareja? ¿Por fin aceptas las cosas como son?

Callate, se que Karina me gusta mucho, muchísimo, como nadie me ha gustado nunca antes en mi vida. Pero...

Pero eso no es amor. Ya se, Mía, ya se lo que vas a decir. Es lo que dices siempre. Lo repites todos los malditos días a cada rato.

¿Ah si? No me había dado cuenta.–pensé de manera honesta.

Pues ya lo sabes. Y yo y todas las personas que lean la historia. Esto no es amor.

Exacto esto no es amor.

Le hice caso a mi subconciencia, las películas que estaban en oferta eran Shrek, La Era del Hielo, Culpa Mía, A tres metros de ti y Tengo ganas de ti.

Como ya las había visto todas esperé a Karina, quería su opinión.

Ella se decidió por ver Shrek. Cosa que me sorprendió de manera sobrehumana, es decir, la chica ruda de la escuela que peleaba en las catacumbas viendo una película animada en el cine, en plan cita, es solo que...me dejó en shock.

Hasta a mi, bueno, ustedes dos son tal para cuál.

Karina me explicó que sería mejor recoger a Zeus mañana, primera es un poco tarde para sacarlo de la clínica y segundo será mejor para su salud.

Luego de ver la película en el cine, la rubia decidió llevarme a casa, cosa que, no quería, al menos no tan temprano.

Le estuve suplicando que se quedara a dormir, que nos podríamos ir juntas al otro día para la escuela, le podría prestar uniforme al igual que la última vez. Y bueno, después de muchas súplicas, pude convencerla.

Esto no es amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora