Capítulo 10.

10 2 0
                                    

Se pueden imaginar que el resto de la fiesta de ayer estuvo pésima para mi.

Ni siquiera volví a ver a Karina por la casa, cosa que en el fondo, muy en el fondo agradezco.

Aclaro que son las tres de la mañana, no puedo dormir por lo que decidí aclarar mis pensamientos, pero no llego a ningún lado.

¿¡Cuál es su maldito problema!? ¿Y cual es el mío?

Porque ni siquiera puedo enojarme con ella, estoy enojada, estoy furiosa, frustrada, decepcionada, tengo ganas de llorar, por no decir que lo esté haciendo en este momento, estoy deseando morir para no sufrir de esta manera, pero mi rabia no quiere ni tocarla a ella.

Hace mucho que no me sentía de esta manera, ¿por qué? ¿Por qué ahora? ¿Por qué a mi? ¿Por qué con ella?

Sus palabras todavía siguen resonando en mi cabeza. Cada vez que las recuerdo me dan más ganas de llorar. ¿Por qué tuve que hacerle caso a Víctor? Si no hubiera hablado con ella nada de esto estaría pasando, si había sobrevivido un tiempo con esto podría haber sobrevivido el resto de mi vida.

Soy una idiota.

De verdad que lo soy.

Creo que lo mejor será pasar este fin de semana alejada de ella y ya cuando nos volvamos a ver actuar como si no hubiera pasado nada.

De verdad, esta amistad que estoy construyendo con ella es muy importante para mi y no quisiera perderla por nada del mundo.

Pero ya basta, verdaderamente estoy harta de ser yo quien busque a los demás, eso ya acabó. Debo probar esperar para ver quien me busca a mi, para saber a quien le importó de verdad. Lo hice hace un tiempo y me deshice de varias falsas amistades, solo que esta vez, de corazón, espero que ella si me busque.

Debo dormir, me voy a volver completamente loca si no lo hago y le sigo dando vueltas al asunto.

Aunque sea un poco, ya cuando despierte me levanto temprano y salgo a correr a la plaza o algo.

Cierra los ojos Mía. Cuanta hasta diez. Visualiza una hoja completamente en blanco. Relaja tu cuerpo. Cuenta tantas ovejas como puedas.

Gracias a dios fui capaz de dormir un rato más, para ser exactos cuatro horas más, despertándome por tanto a las siete de la mañana.

Apenas me desperté sentí como si me estuvieran taladrado la cabeza, quizás sea por acostarme tan tarde y despertarme con el incesante ruido de mi despertador.

Da igual, me tome unas pastillas e ignore el insoportable dolor. Tomé una ducha para ver si me relajaba un poco y dejaba de sentirme mal.

Por otro lado, me desperté bien.

La horrenda sensación que sentí anoche desapareció en cuanto desperté.

Hoy me siento mucho mejor, siento y pienso que exagere un poco las cosas, la amistad que tenemos Karina y yo, a pesar de ser muy reciente, es muy fuerte, honesta, y verdadera.

Además, hoy es un día importante para mi.

No, no es mi cumpleaños, todavía faltan algunos meses.

El día de hoy iré a comprarme un cachorro a una tienda de mascotas.

Hace un mes mi madre me hizo la promesa de regalarme un perrito el día de hoy, aunque no entiendo porque fijó una fecha exacta. Pero, siento completamente sincera, no me importa.

Acabo de terminar de vestirme, me puse lo suficientemente cómoda como para la tarea que debo llevar a cabo hoy.

Una simple blusa de verano color blanco, un short corto negro y unos tenis deportivos. Esta de más decir que también llevo mi coleta de siempre.

Esto no es amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora